Llop se volcará en la renovación del CGPJ tras los dos fracasos de Campo
La ministra apuesta por el diálogo territorial y dice que no eludirá el debate
La nueva ministra de Justicia, Pilar Llop, confió ayer en que la renovación del Consejo General del Poder Judicial (en funciones desde diciembre de 2018) «se produzca cuanto antes» porque «es imprescindible que se renueven todos los órganos constitucionales». La exsenadora hizo esta reflexión en un breve encuentro con los medios de comunicación tras su toma de posesión en el Palacio de Parcent, donde no hubo en su discurso oficial ninguna referencia a la situación en la que se encuentra el órgano de gobierno de los jueces tras los tres intentos fallidos de acuerdo entre PSOE y PP, el último el pasado marzo.
Preguntada por la prensa sobre la reforma del delito de sedición que se ha quedado en el limbo tras la salida de Juan Carlos Campo, la nueva ministra se limitó a decir que su intención es «afrontar todos los asuntos» pendientes «sin eludir ningún debate». Eso sí, pidió tiempo para ponerse al día en el ministerio, pues, como reconoció, recibió la llamada de Sánchez el sábado por la mañana. Ayer por la tarde Llop tenía prevista su primera reunión con los distintos equipos técnicos de este Departamento.
Anteriormente, en su discurso la hasta ahora senadora había pedido «complicidad» a todos los colectivos que trabajan en la administración de Justicia para que «remuevan los obstáculos que impiden o dificultan la libertad y seguridad de las mujeres», presentes siempre en su gestión, dijo, haciendo gala del «compromiso feminista» al que aludió Sánchez para justificar su elección como ministra. Llop quiso dedicar sus primeras palabras a las víctimas de la pandemia y a sus familiares, a los que expresó todo su «respeto y solidaridad».
Acompañada por los ministros Fernando Grande-Marlaska, del recién nombrado ministro de Presidencia Félix Bolaños y de la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, así como de una nutrida representación de distintos colectivos de la Administración de Justicia, entre ellos varios vocales del CGPJ, Llop apostó por el diálogo territorial, en concreto entre el ministerio y las comunidades autónomas con competencias transferidas (en total,
El ministro saliente omite toda referencia a los indultos y a las reformas encaminadas a contentar a los socios de Sánchez
doce), para seguir avanzando en justicia, «motor de desarrollo social y derechos humanos».
Por su parte, el hasta ahora ministro Campo agradeció su apoyo a todos los presentes en el acto sin una sola mención al presidente del Gobierno y queriendo dejar claro su haber legislativo, omitiendo el espinoso tema de los indultos y a las reformas encaminadas a contentar a los independentistas catalanes, como el delito de sedición.
Entre sus proyectos más ilusionantes, la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que deja la investigación penal en manos del fiscal –en vez del juez– y que todavía está en fase de informes de los órganos consultivos, y el proyecto de Justicia 2030, para «garantizar un servicio público del que nadie duda de su esencialidad, pero sí de su eficiencia». «Estoy seguro de que con su esfuerzo vas a seguir impulsando este proyecto», dijo a Llop.
«Una maleta llena»
«Te voy a dar una maleta pero aunque no te lo creas no está vacía; va llena. Hemos logrado una justicia cogobernada», añadió, en referencia a los acuerdos alcanzados con las comunidades autonómas durante estos meses de pandemia en los que la justicia no ha podido parar y ha tenido que enfrentarse a desafíos tecnológicos hasta ahora impensables.