Bono regresa al trabajo en el ‘stage’ de Algorfa con un nuevo obstáculo que superar
Tras la marcha de Vaclik, parte de cero para competir con Dmitrovic
gentina de proclamarse campeón 28 años después de un torneo y hacerlo nada menos que ante Brasil y en Maracaná. «Primero también me sorprendió a mí. Es shockeante, tienes un poco de bronca, un poco de todo. Pero después lo vas asimilando y ves qué quieres hacer con eso. Para mí es mejor seguir trabajando para volver», señaló en unas declaraciones en ESPN.
Pues ese precisamente es el reto del argentino, también en un Sevilla donde, si bien no es que estuviera mal toda la temporada, sí que ofreció síntomas de necesitar un descanso mental y volver con la misma fuerza con la que irrumpió en el Sevilla en la campaña 201920. Los datos hablan fríamente. Los 17 goles que hizo en su primera campaña en Nervión y que le llevaron a ser el máximo goleador del equipo en esa temporada en la que el equipo logró la cuarta plaza y el título de la Liga Europa se redujeron a los ocho en la 2020-21. Sin ser malos números en lo personal, ya que fue su tercera mejor marca realizadora desde su salto a Europa, sí que se espera, y seguro que Julen Lopetegui así se lo hará saber, al mejor Lucas Ocampos en un club en el que la ambición siempre va un paso más.
No es menos cierto que Ocampos tuvo una pretemporada muy diferente a la que va a afrontar este verano. La pasada campaña apenas pudo descansar y recuperar de una lesión que arrastró en la recta final de año y compitió al máximo nivel desde el inicio con la Supercopa de Europa ante el Bayern, la Liga, la Copa del Rey y la Liga de Campeones. Este verano, frustración personal por lo que pudo vivir con su país al margen, Lucas Ocampos llega con energías renovadas y la intención de volver a ser ese factor decisivo en un Sevilla que suele tener mucho empuje por el perfil en el que ataca él.
Cosas del escaparate mediático o del rendimiento puntual, el ex del Marsella sonó mucho más como posible fichaje de grandes equipos en el mercado de hace un año de lo que lo ha hecho en este que, obviamente, llega más condicionado por las dos grandes competiciones que culminaron el pasado fin de semana y la ausencia de grandes inversiones económicas en los clubes. El Bayern Múnich, por ejemplo, fue uno de los equipos que contempló su contratación, si bien nunca cristalizó en una oferta.
Lucas Ocampos tiene el reto ahora de seguir dando lo mejor en el Sevilla para no perder, de paso, el tren de una selección argentina campeona cuyo próximo reto es igual de ilusionante o más que el conquistado: el Mundial de Qatar 2022. Antes debe sellar un billete que tiene encarrilado en unas eliminatorias en las que siempre estuvo el sevillista y a las que, a buen seguro, desea regresar.
El portero del Sevilla Bono se incorporó ayer a los entrenamientos en algorfa tras su periplo de vacaciones estivales y se puso manos a la obra de cara a una temporada que volverá a ser exigente en lo grupal y en lo personal. El cancerbero marroquí, de hecho, tendrá un nuevo obstáculo que superar con la nueva competencia que le ha llegado tras el fichaje del portero serbio Marko Dmitrovic. El Sevilla es un club que aspira a lo máximo y para ello debe consolidar que todas las posiciones estén cubiertas con la máxima garantía y se fomente la competencia al máximo nivel. Bono llega con la vitola de la titularidad que ha ostentado en la última campaña y media, pero eso no garantiza nada cuando se vuelve a empezar de cero, al margen de los galones que cada uno adquiera dentro del vestuario.
Lopetegui ha dejado claro que no se casa con nadie y que alinea de inicio al que mejor ve. Por ejemplo, el propio Bono ya accedió al puesto en la portería tras una lesión de Vaclik y, una vez recuperado el checo, mantuvo al marroquí premiando su buen hacer sobre el terreno de juego. Su tremenda Liga Europa de hace dos campañas no le dio la ventaja para el siguiente y sí lo hizo que su rendimiento no descendió, sino más bien lo contrario puesto que Bono, junto a su defensa, consolidaron unos de los sistemas defensivos más fiables del campeonato. Sin ir más lejos, luchó por ser el menos goleado hasta tres jornadas antes del final del torneo.
El agente del jugador ya deslizó este verano que el club debe reconocer lo realizado por Bono en su periplo en el Sevilla con una mejora contractual, pero el cancerbero ya trabaja en Algorfa para volver a poner al entrenador en el bendito compromiso de elegir a un titular en el arranque de la temporada en agosto. Mientras, el internacional marroquí ya pudo conversar en persona con Dmitrovic y compartir césped en la que será una relación sana de competencia en pro del equipo. Es muy pronto para saber quien acabará llevándose el gato al agua, pero Bono ya dejó claro que lleva luchando toda su carrera ante la adversidad y ahora, en su mejor momento, no quiere perder el tren de la titularidad en un equipo con aspiraciones como el Sevilla.
Dmitrovic, por su parte, ya muestra su felicidad por haber llegado al club de Nervión y afirma en declaraciones a la federación de su país que «en estos primeros entrenamientos la sensación es fenomenal. Tengo la ventaja de que conozco muy bien a la mayoría de mis nuevos compañeros porque llevo mucho tiempo jugando en España. Tengo grandes ambiciones y mi deseo es competir con el Sevilla en todos los frentes por la clasificación más alta». El duelo está servido y el ganador será el Sevilla.