La movilidad como protagonista de la recuperación
El actual mercado de la movilidad se segmenta por inmediatez y accesibilidad, seguridad, calidad medioambiental y servicio, incluso más que por precio
LOS largos meses de crisis han cambiado muchas cosas de fondo en nuestra economía, muchas más de las que se perciben en la superficie. En todos los ámbitos es aplicable la célebre frase del filósofo Heráclito de Efeso (540 a.C. – 470 a.C.) «Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña», pero en materia de movilidad sin duda, actualmente, es imperante el concepto ‘cambio’. Un cambio efervescente en vehículos, modalidades, sistemas, planes, plataformas, hábitos de usuarios, etc. Por cambiar, hasta de titular ha cambiado el Ministerio de Transportes.
Uno de los motores del cambio, considerando algunos estudios recientes, es el incremento en la tendencia de los españoles a utilizar aplicaciones de smartphone para planificar sus desplazamientos, que se sitúa entre un 55% y un 58%, mientras se reducen las ventas de vehículos en favor del uso más intensivo de la movilidad. Según datos publicados por la consultoría Roland Berger, en apenas una década, el 67% de los vehículos vendidos se destinarán a servicios de movilidad por suscripción, y, en lógica consecuencia ello, se producirán abaratamientos en los servicios y menor congestión, favoreciendo entornos sostenibles y conectados.
De hecho, la movilidad es la categoría que experimenta un mayor crecimiento, tanto en términos de penetración como en tiempo de consumo. Un reciente estudio de The Human Trace destaca cómo el porcentaje de usuarios que en mayo de 2021 han visitado webs o apps vinculadas a esta categoría (Google Maps, Waze, Uber, Free Now, etc.) ha subido 11 puntos respecto al mismo mes de 2020, mientras que el número de minutos que invierten en este tipo de aplicaciones crece más de un 150%.
También con la llegada de las plataformas digitales, la organización y estructura empresarial de la movilidad ha cambiado inexorablemente a un nuevo e intrincado modelo de relaciones usuario-proveedor-prestador de servicios.
En España, como si de un pistoletazo de salida se tratase, en las últimas semanas, han debutado nuevas plataformas como Bolt, han ampliado cartera de servicios otras como Freenow o Cabify, y han ampliado ámbitos otras como Uber y su desarrollo eléctrico con Uber Green.
También desde el 13 de julio Uber abre servicios de Taxi en Málaga y la Costa del Sol. Esta área se consolida como uno de los líderes de la recuperación económica española, solo precedida por Madrid. En las localidades donde existe una gran movilidad y afluencia de turistas y todo tipo de no residentes, como Málaga y la Costa del Sol, se produce una revolución en la organización de la movilidad por parte no solo de los transportes públicos, sino de todos los servicios que son capaces de proveer las plataformas digitales.
El crecimiento directo e indirecto de la economía regional que conlleva la incorporación por Uber de los servicios de Taxi puede suponer un incremento de ingresos de hasta un 50% en cada taxista que allí se sume, y un 1,2% en la actividad económica local. Cada nuevo viaje en taxi implica una gestión, un gasto, una pernoctación, una consumición de restauración, una cita, una ‘última milla’ de un desplazamiento más largo, un acto médico, un negocio, un acto económico, en definitiva. Como la economía no es un juego de suma cero —como bien considera el pensamiento liberal— esa nueva carrera de taxi es capaz de generar riqueza donde antes no la había. Y todo con la facilidad de un clic y con toda la información al usuario y ventajas de ajustar las tarifas a sus necesidades. Conociendo con carácter previo el precio y obteniendo descuentos sobre el modelo tradicional del servicio. Todo un hito dinamizador de la oferta y la actividad económica.
Además, las plataformas, como operadores, se han convertido en los nuevos proveedores integrales de todas las necesidades de negocios tradicionales como el del taxi. Desde facilitar un vehículo al taxista, pasando —entre otras cosas— por el seguro, el taller, la gestión administrativa, la energía o combustible, la tecnología, la calidad y estandarización del servicio, para que éste se dedique primordialmente a lo que mejor hace, conducir, sin que ello le haga perder sus características como trabajador por cuenta propia.
El actual mercado de la movilidad se segmenta por inmediatez y accesibilidad, seguridad, calidad medioambiental y servicio, incluso más que por precio. La recuperación económica tanto de Andalucía como de toda España pasa sin duda por los autónomos. Y este nuevo servicio de una plataforma como Uber es un instrumento para el crecimiento económico de los taxistas autónomos. Como no habrá nueva modalidad, sostenible, segura y conectada, sin plataformas, tampoco habrá crecimiento sin herramientas tecnológicas para los autónomos del taxi.