‘Battleship’
EE.UU. 2012. Fantástica-Bélica. 125 min. Dir.: Peter Berg. Con Taylor Kitsch, Alexander Skarsgård, Liam Neeson, Rihanna. 22.50 Cuatro Coges ‘Pearl Harbor’, le pones ‘transfomers’ en lugar de japoneses y ¡bum!, obtienes este mamotreto militarista, supuestamente basado en el viejo juego de papel y boli ‘Batalla naval’. El veredicto es obvio: hundido. Pero detrás de tanto efecto ruidoso y vacío existencial se esconde una simple trampa de reclutamiento: el personaje de Brooklyn Decker se llama Sam, como el tío, pero en tía buena (algún crítico ha aconsejado a Berg que, si tanto entusiasmo muestra por mandar gente a la guerra, deje su silla de director y se aliste él mismo). También pulula por allí la cantante Rihanna, que ganó el Razzie a peor actriz. Y si suena absurdo adaptar un juego de mesa, se dice que Ridley Scott baraja la posibilidad de llevar al cine el ‘Monopoly’.
Wéstern digno pero que no da la talla como secuela oficial de ‘Django’, tras veinte años en los que el ya por entonces enterrado espagueti pronunciase su nombre en vano. Con Franco Nero demasiado cómodo en la industria, la saga ha perdido muchas señas de identidad, acercándose más al modelo ‘Rambo’ que, irónicamente, el filme original que la inspiró.
Rovira sigue tirando del humor regional, pero sus elecciones,
tras el éxito de ‘Ocho apellidos vascos’ se antojan cada vez peores. Aquí hace de andaluz, descendiente del emperador nipón, que debe viajar a Tokio para ocupar el trono vacante. El resto, el vacío; por lo que hay que recurrir a las gracietas habituales, los juegos de palabras y las rimas de parvulario.
Este ‘psichothriller’ ya nació trasnochado en el 2000, con ese jueguito de pistas entre el psicópata asesino y el policía ‘que lo completa’. Pero sí que se reveló original al elegir a Reeves como el poco creíble malvado, mientras que el madero es encarnado por Spader y su extraño método de actuación.