«Yo sé lo que es la libertad»
Ayer hablé con Camila. ¡Qué lección!
Ha salido más fuerte tras su detención en las mazmorras
de la dictadura
DURANTE uno de mis viajes a Cuba viví una anécdota que define perfectamente lo que se sufre en la isla. Mi compañero Enrique Campo y yo comíamos en un restaurante junto a Capitanía en La Habana. Como en tantos locales un trío de músicos interpretaba habaneras, cumbias...
Al pasar la gorra el líder del grupo reparó en nuestro acento «español de España» y nos dijo tajante: «Hermanos españoles, yo sé lo que es la libertad».
«¿Cómo? ¿Qué quiere decir?», le pregunté. Nos respondió, sin querer, con una definición perfecta de qué es la dictadura castrista.
«Yo he sido libre una semana –nos explicó–. Tengo un hermana que vive en Tenerife y me permitieron viajar a Canarias siete días».
«Durante esos días fui libre. Podía comprar en el ‘supermarket’, pasear, hablar sin problemas. No nos vigilaba nadie. Por eso se lo digo, mi hermano, yo sé lo que es la libertad».
Debió pasar aquella semana en Canarias, regresó a Cuba y desde entonces sueña con aquellos días en los que saboreó la libertad. Unos días que no olvidará en su vida y que rememora cada vez que ve un español mientras sacude las maracas.
Lo que me contó aquel músico (profesor de solfeo) mientras le dábamos un par de dólares es el reflejo perfecto de qué sufren los cubanos. Porque no tienen medicamentos, ni comida. No tienen dinero pero intentan «resolver».
Lo que no pueden resolver es la ausencia de libertad. Por eso gritan. Por eso son aplastados, humillados y detenidos. Por eso no podemos mirar hacia otro lado. No podemos abandonarles bajo la bota bestial del régimen castrista, casi ya, sin ningún Castro.
Allí querría ver yo a Garzón, a Ione Belarra o al exmacho alfa, durante un mes, viviendo como una cubana de verdad.
PD: He podido hablar con Camila Acosta. ¡Qué valor! y ¡Qué lección de periodismo y de dignidad! Aún ha salido más fuerte tras su detención en las mazmorras de la dictadura. Se negó a firmar su autoinculpación y advirtió a sus carceleras que volvería a contar al mundo lo que pasara en Cuba.