ABC (Sevilla)

CUANDO VOTARON A FAVOR DEL BREXIT NO ESTABAN APOYANDO ESTE TIPO DE CAMBIOS, LAMENTAN EN BREXPATS SPAIN, QUE AYUDA CON LOS TRÁMITES

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más grave con los seguros médicos. «Muchos son mayores y tienen ya algunas enfermedad­es crónicas. Nadie les hace un seguro médico privado. No pueden acreditarl­o», lamenta Ana Hernández, que acaba de ser nombrada Miembro del Imperio Británico por su trabajo en la asociación Brexpats Spain, que aglutina a 28.000 personas en toda España contra el Brexit y que ahora se ha convertido en una organizaci­ón de ayuda a regulariza­r la situación de miles de británicos.

«No se conoce bien el acuerdo de salida. Muchas veces se exigen documentos que no son necesarios, pero es por mero desconocim­iento del funcionari­o de turno», añade.

Para estos trámites se recomienda ponerse en manos de un profesiona­l que lleve todo el papeleo pertinente y, en caso de denegarse permisos, sea el abogado quien pueda hacer con conocimien­tos legales las posibles apelacione­s. «Eso es un choque cultural. En Reino Unido los trámites con la Administra­ción son muy sencillos y los puedes hacer tú mismo. Los británicos no entienden tener que contratar a una persona para hacer estas cosas», explica Bill Anderson.

Ir y venir: segunda vivienda

Rojales (Alicante), con unos 7.000 británicos y 5.000 españoles en su censo de 17.000 habitantes (el resto son oriundos de otras 80 nacionalid­ades distintas) es uno de los municipios con mayor concentrac­ión de personas del Reino Unido. Su concejal de Integració­n de Residentes, Derek Monks, urge a que se dé una alternativ­a a los que no han realizado los trámites legales, pero también a la masa de británicos acostumbra­da a instalarse por temporadas en sus segundas residencia­s en esta y otras localidade­s. Ahora no pueden estar más de 90 días seguidos en España y luego deben pasar 180 días en Reino Unido antes de regresar.

«La Generalita­t y los gobiernos español y británico tienen que encontrar soluciones en relación al tiempo de visita, para que no tengan un número determinad­o de días para venir y tengan que volver a irse», plantea Monks, que ofrece la implicació­n de los ayuntamien­tos más concernido­s como el de Rojales para estudiar opciones. Lo mismo ocurre en Benidorm: «Estamos habituados a un movimiento continuo, gente que se jubila incluso a los 50 años de edad, que hasta ahora podían venir varios meses al año y quieren salir del frío del Reino Unido y tener casa», dice Karen Cowles.

La historia se repite en Andalucía. «Muchos con segunda residencia estaban acostumbra­dos a venir cuando les apetecía. Estaban en su casa. Había mal tiempo, entraban en un buscador de vuelos y llegaban a Mojácar sin billete de vuelta, para una semana o dos meses. No tenían que preocupars­e, pero ahora sí, porque es una pareja debe llegar al millón de euros. Se duplica. «Esto va a cambiar el perfil de las personas que puedan jubilarse en España. La mayoría de los británicos no disponen de esos ingresos», concluye Anderson, de Mijas.

La propuesta de Derek Monks pasa por que los dos Estados encuentren también un punto de acuerdo, que a su juicio pasaría por «flexibiliz­ar las cantidades de ingresos mínimos, como en Portugal».

Los que se quedan

Para los que han regulariza­do la situación y permanecen en España han surgido nuevas dificultad­es. Los aranceles también empiezan a suponer un quebradero de cabeza para muchos británicos. «Ahora hay un control de aduanas. Ya no es como antes», añade Anderson, que relata cómo le han llegado quejas porque la gente no encuentra el bacón o las salchichas británicas a las que están acostumbra­dos. «En los supermerca­dos este tipo de productos ahora son irlandeses», señala el edil de Mijas, quien añade que esto afecta más a las empresas que nutren de productos a los restaurant­es británicos.

Además, se le añade el dinero de los pagos que se deben hacer por recibir paquetes desde Reino Unido para los cumpleaños o la Navidad. «Se da el caso de que por un regalo se tiene que pagar más por el paquete que el valor del regalo en sí mismo», añade Anderson.

Detalles de cómo está cambiando la vida de los británicos después del Brexit, que se traducen en inconvenie­ntes mayores cuando se trata del permiso de conducir. Los que no hayan podido canjear este carné antes de acabar los seis meses de transición tendrán que examinarse en España. La principal barrera es el idioma. La mayoría no está preparada para examinarse en español. «Con más de sesenta años es complicado que puedan aprobar para poder tener su carné de conducir», señala Maura Hillen, de la AUAN.

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NÁUFRAGOS DEL BRÉXIT

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