Consenso con seso
«Bien está la voluntad de acuerdo, pero mejor es que se aprueben leyes con
enjundia»
VERANO azul en lontananza. En lo político. Las encuestas, viento en popa. O con el botón del turbo pulsado, si se cocinan en casa. En cualquier caso favorables para el Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos. Lo peor, esta terrible e imprevisible pandemia que regresa para jorobarlo todo de nuevo, qué frustración, qué pereza. ¿O quizás haya cosas que no fastidie? En términos de imagen pública, ¿se resiente el Ejecutivo de Juanma Moreno por su lucha contra el covid o quizás ocurre exactamente lo contrario... en comparación con lo de Pedro Sánchez?
El autodenominado ‘gobierno del cambio’ podrá iniciar sus vacaciones no sólo con optimismo por las expectativas a futuro —sea más o menos inmediato— sino también con satisfacción por el trabajo realizado: esta semana, va a poder aprobar dos leyes de enorme calado social (infancia y autoridad docente) y se va a dejar lista la travesía hacia la nueva ley que ha de regir el desarrollo urbanístico de Andalucía.
En titulares, es gran noticia, se ha destacado que estos logros parlamentarios van a ser posibles con mayor o menor consenso del PSOE, cuyo recién estrenado líder promete nueva actitud de diálogo. Es cosa digna de aplauso. Ojalá le dejen. No hay día en que no nos preguntemos por qué en este país no puede ser posible lo que en otros es moneda común y con resultados probados: el acuerdo entre las principales fuerzas políticas para los temas que de verdad importan. Incluso, no es materia menor, como herramienta de pedagogía política.
Pero pongamos la lupa donde se debe. Bien está la voluntad de consenso pero mejor que al Parlamento lleguen leyes con enjundia que hagan ridículo que no se dé el acuerdo. La nueva ley urbanística la demandan todos los ayuntamientos, entre ellos los del PSOE. Sólo lo peor de la política la tumbó en mayo. Y quién puede oponerse a dignificar de una vez a los profesores o actualizar los derechos de niños y adolescentes. Quisieron asustarnos con el ‘trifachito’. Pues no se han merendado a nuestros críos. El cambio no ha sido una voltereta. Pero a veces es mejor vestirse despacio cuando se tiene prisa. Y eso la gente parece que lo sabe.