PSC Sociedad Limitada
Fomento, Aena, Renfe, Adif… todo. Hasta llegar a Paradores e Indra y a la Secretaría de Estado de Comunicación, con un político del PSC para que se haga y se diga como ellos quieren. Pues eso, nada de repartir con otros poltronas, las mejor pagadas por cierto
LA ‘rama’ catalana del cabalga al tigre del independentismo en nombre de Pedro Sánchez a cambio de ocupar las infraestructuras estratégicas y las poltronas corporativas mejor pagadas de
España, que para hacer caja no hay fronteras. Ministerio de Fomento, Aena, Renfe, Adif… todo. Hasta llegar a Paradores e Indra y a la
Secretaría de Estado de Comunicación, con un político del PSC –Francesc Vallès– para que se haga y se diga como ellos quieren... Y es que Roma no paga a traidores, pero los favores sí. Y estos se devuelven en tiempo, forma y con intereses. El ‘presi’ lo tiene interiorizado. Y en esas estaba, está y estará. Hasta el infinito y más allá. Con permiso del PP. Alfombra roja. Paradojas de la vida.
El caso es que Sánchez ha sabido como pocos socialistas al frente del poder estatal profesionalizar la tradicional cuota política del PSC. Y así, a lo tonto, hoy la cédula catalana está arramplando con todas las infraestructuras del
Estado, donde por cierto, ¡oh sorpresa!, van los fondos en grandes partidas.
Digamos que la operación asalto arrancaba en octubre pasado con el nombramiento del exalcalde de Barcelona Jordi Hereu como presidente de Hispasat y, después, coser y cantar. Hasta ayer mismo. ¡Para qué quedarse con la parte si se puede aspirar al todo! Dicho y hecho. El presidente del ‘desgobierno’ español no solo ha mimado a la formación en el Consejo de Ministros, sino que también ha trufado las compañías y entes públicos de nombres ligados a los socialistas catalanes. Un guiño a un partido político que fue determinante en su desembarco en el poder y que ha provocado que desde entonces antiguos dirigentes del Partido Socialista en Cataluña controlen empresas clave para nuestras infraestructuras, que facturaron más de 8.200 millones de euros en el año de la pandemia y controlan la friolera de 72.000 empleos. Ahí es nada.
Ahora, que la buena entrada del
PSC se produzca tanto en los nombramientos más obvios como en otros que a menudo pasan desapercibidos –el de las empresas estatales– canta la Traviata. Eso sí, han sabido hacer valer su recuperado y tradicional peso específico político. Algo también que la victoria de Salvador Illa en los comicios autonómicos de febrero reforzó en esta última legislatura. Pues... que algún ‘sobrao’ no lo pierda de vista porque el PSC goza ya de una más que clara bicapitalidad: Illa en Barcelona e ‘Icetilla’ en
Madrid, tras su jibarización desde Política Territorial a Cultura y Deporte. Dos chicos PSC mejor que uno para, si se tercia, hacerle el sándwich al ‘presi’. ¡Ojo al piojo Sr. Sánchez! Avisado está.
Lo dicho, todo fue empezar y ya... Uno de los casos más descarados fue el de Indra, con Marc Murtra al frente, en sustitución de
Fernando Abril-Martorell. El cambio supuso pasar de un perfil técnico como Abril-Martorell, que llevaba en el cargo desde 2015 y había sobrevivido al trasvase de poder de Rajoy a Sánchez, a uno mucho más político, porque
Murtra, alternando con su dedicación al sector privado, acumula años de experiencia en la
Administración, siempre vinculado al PSC, partido en el que sigue militando, que uno gira y gira y las puertas, ya saben, se quedan abiertas de par en par.
Tampoco perder de vista la vuelta del PSC metropolitano al gabinete Sánchez, al Gobierno con apellido, de momento, de España, que al paso que vamos... Porque a la tradición que engrosaron alcaldes del cinturón rojo barcelonés como José Montilla, Celestino Corbacho o Joan Clos, se suma ahora Raquel Sánchez, edil de
Gavà, que hereda otro de los ministerios de ‘fondos’: el de
Transportes, otrora del desterrado
José Luis Ábalos.
Ahora, hay otro que pica la puerta monclovita: Roures. Habrá que ayudarle, que para eso está el comando Zapatero en las inmediaciones mediático-políticas. Urge un viaje a La Habana, en ‘Súper Falcon’ por supuesto, del expresidente para montar una cumbre de tráfico de intereses, estrechar lazos de sangre y darle vidilla a los oscuros rasputines que igual se ofrecen para arreglar el lío de
Huawei que el mapa mediático. Mientras tanto Sánchez... en su nube, literalmente, y en lugar de ir a la capital cubana e interesarse por lo que está pasando en aquel país que para él es una forma de decir que «España es una democracia», emprende el vuelo para iniciar la gira por EE.UU. Aunque el ‘presi’ de allende los mares, Joe Biden, ya se ha ocupado de que no se le acerque a kilómetros a la redonda. Encuentros de medio pelo y mendigando entrevistas con medios locales. Eso sí, alardeando va de llevarse al CEO de la empresa de cargadores eléctricos Wallbox, Enric Asunción, a su periplo americano a ver si atrae inversión cuando curiosamente Ana Botín comenta en sus redes haber financiado a Wallbox y haber hecho posible el éxito que es hoy día. Y digo yo, ¿no sería mejor que el presidente se llevara a Botín y se dejara de gaitas? No tiene remedio.
Biden, eso sí, acaba de recibir a la que me dicen ha conseguido que
EE.UU. vaya a abrir las fronteras con Europa esta próxima semana: la canciller alemana, Angela Merkel, quien incluso de salida impone infinitamente más que el resiliente. Y es que no se hace respetar quien quiere sino quien puede. Dicho queda.