Las estrellas que iluminan Tokio
Cada evento tiene sus nombres propios, deportistas que entraron en la historia
// EFE tista entre comillas que te robó ese privilegio?
—A la deportista no le diría nada. La lacra ha estado ahí, en el deporte de la halterofilia. De hecho han dado bastantes toques de atención a la Federación Internacional, y me parece correcto porque hacen lo que quieren. Es un deporte bastante corrupto por temas de dopaje. A la halterofilia mundial e internacional le diría que sólo existe un deporte, limpio y en el que hay que respetar unos valores. Lo otro no es deporte ni son deportistas.
—¡Qué bueno! Otro tema de polémica... Este año van 320 atletas españoles a los Juegos. Un 41% son mujeres. Es el porcentaje más bajo de mujeres desde Atenas. ¿A qué crees que se debe?
—Creo que hay que valorar el talento de las personas y si ahora los hombres están teniendo más que las mujeres, a lo mejor para París 2024 es un 60% mujeres y un 40% hombres. No me gusta diferenciar.
—¿ Con qué sueña Lydia Valentín? ¿Quién es su fuente de inspiración ?
—Soy una persona bastante sencilla. Admiro a quien intente ser mejor cada día como persona y en su dedicación, que quiera avanzar, que tenga un sueño y siga y siga hasta conseguirlo.
—¿Y qué le dirías a esa niña que quiere ser Lydia Valentín?
—Que disfrute, porque si disfrutas, lo que haces no es un sacrificio. Que sea persistente y trabaje. Yo he tenido que trabajar 20 años para ser campeona del mundo. Pero en esta sociedad todo es inmediatez y si no soy campeona ya, parece que no tengo talento. Hay que trabajar como hormiguitas.
«Somos frágiles»
—¿Cómo has vivido la pandemia y qué has aprendido de ella?
—Que somos frágiles y que la vida cambia de un día para otro. Y a tener mucha paciencia. Yo tuve la suerte de estar con mi chico, que es mi preparador físico, y tenemos gimnasio en casa. Entrenabas, eso sí, sin saber si iba a ir al Campeonato de Europa, si iban a celebrarse los Juegos...
—¿Qué no va a faltar en la maleta que llevará a los Juegos?
—Las botas, la malla, el cinturón de Hello Kitty que luego siempre me lo tapan porque no puede haber marcas. Y mis vendas. Así soy feliz.
—¿Una goma para borrar algo de tu pasado o un lápiz para seguir escribiendo la historia de tu vida?
—El lápiz. Lo que ha pasado ha servido para ser quien soy.
—La halterofilia no se entiende sin Lydia Valentín, el bádminton sin Carolina Marín, la natación sin Mireia Belmonte. Es necesario dar un tirón de orejas a los medios para que se hagan más eco del deporte femenino?
—¡Sí! Un sí rotundo (risas). Yo he salido en los medios de comunicación porque he sido campeona del mundo, al igual que todas estas deportistas que acabas de mencionar, entre las que te incluyo. Es importante que fomenten el deporte femenino y que te sigan hasta llegar a la cima. Y que te mantengan en las portadas.
Después de un año extra de espera por una pandemia que ha alterado el mundo, los primeros Juegos de la era moderna en celebrarse en un año impar ya están aquí y toca por fin hablar de deporte y deportistas. Es el momento de que los protagonistas den un paso al frente, de elegir y apuntar los nombres de los elegidos para la gloria, las principales estrellas de los Juegos de Tokio que llegan a la cita nipona dispuestos a prolongar su reinado o instaurarlo, en función de sus precedentes.
Fue la reina hace cinco años en Río, y a nadie se le escapa que la gimnasta estadounidense llega dispuesta a revalidar su cetro en Tokio. Con 24 años quiere cerrar su trayectoria a lo grande. En los Juegos de Río sumó cuatro oros y un bronce y en 2019 llegó a las 25 medallas en Mundiales, superando las 23 de Vitaly Scherbo. Ahora, se ha atrevido con un nuevo salto (Yang Wei) que nunca había sido realizado por una mujer. Hasta que llegó Biles...
Con 24 años, la nadadora estadounidense ya no compite contra sus rivales, sino contra la historia. Tiene seis metales olímpicos, cinco de oro, y tiene la oportunidad de acercarse a su compatriota Jenny Thompson, quien obtuvo 12 podios entre los Juegos de Barcelona 92 y los de Atenas 2004.
Natación
Desde que se retiró Michael Phelps, la natación masculina busca un sucesor que reine en la categoría masculina. Esta vez, podría ser Caleb Dessel, quien solo tiene una medalla olímpica en el relevo, pero que en Tokio aspira a sumar tres oros y ser el dominador. A pesar de estar lejos de los logros de un nadador que hizo historia, es el señalado para brillar en la piscina.
Judo
Es todo un emblema para el deporte francés. El judoca tiene dos oros y un bronce en la categoría de más de 100 kilos y acumuló nueve largos años sin perder un combate (162 victorias consecutivas) hasta que en 2020 perdió con el japonés Kageura. Pero Riner ha vuelto a dominar y es el gran favorito para la cita olímpica.
Es el líder de la selección estadounidense de baloncesto, que llega a Tokio dispuesta a sumar un nuevo oro, pero cuya trayectoria de preparación ha dejado muchas más sombras que luces. Las bajas en el equipo han acaparado el protagonismo, pero entre los que se han alistado a la cita olímpica destaca el alero de el alero de los Nets. Durant, de 32 años, buscará su tercer oro tras los obtenidos en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. Solo Carmelo Anthony tiene tantos títulos olímpicos.
Las ausencias de Nadal y Federer son una gran oportunidad para el serbio, que ya ha anunciado de forma oficial que estará en Tokio en busca de una medalla de otro que se le resiste. «No podía decepcionar a mi pequeño amigo Koujirou. Ya he reservado mi vuelo para Tokio y estaré orgulloso de unirme al equipo de Serbia para los Juegos», escribió en las redes sociales.
Después de mucho esfuerzo, Kohei Uchimura se clasificó para el concurso de barra fija en la cita de Tokio, los cuartos Juegos en los que participará el doble campeón del concurso general. «No pensaba que participaría en cuatro», dijo, que también ganó el oro por equipos con Japón en Río. «Es algo que no llego a asimilar, es increíble cuando se piensa objetivamente». El gimnasta de 32 años decidió no defender en Tokio sus títulos olímpicos de 2012 y 2016 en el concurso general debido a un dolor en un hombro, por lo que se concentrará en la barra fija.