Juancho Hernangómez, una navaja suiza para Scariolo
nas). Me cuenta su experiencia, esos dobles, lo duro que no fue ganar el oro… La plata la celebras luego, pero en el momento… Los más felices son los del oro y los del bronce, porque ellos ganan su último partido. Siempre me dice que jamás dude en ir a unos Juegos.
—¿Se lleva algo en concreto para hacer más llevadera la burbuja?
—Nada, ¿para qué? Si vamos a estar todas juntas en la Villa Olímpica, estará un montón de gente. Arantxa, Anabel, Paula, Carla, Sara… Estamos ahí muchas, para charlar, para bromear… Estamos en equipo y lo pasamos muy bien. Cartas, música…
—¿Cómo le afecta el jugar sin público?
—Lo malo es que venimos de Wimbledon, con público, ambientazo… Y ahora, en Tokio, nada. Nos va a chocar un poco más. Yo vivo especialmente de que haya gente, de que aplauda o de que grite aunque no vaya a mi favor.
—¿Se pierde la sensación de estar compitiendo?
—No del todo. También es verdad que luego yo estoy más tranquila porque es como si no me viera nadie, aunque no es verdad porque la gente te sigue viendo. Salir a una pista con mucha gente te genera tensión. Ojo, que me gusta. No es que sea como un entrenamiento, pero una pista vacía es rara, es fría. Hay tranquilidad, no hay ruido, no hay nada.
La lesión de Juancho Hernangómez en el amistoso ante Francia abrió de repente un boquete inesperado. «No tiene sustituto», se lamentaba Scarialo tras la luxación en el hombro izquierdo del de los Timberwolves. Se puso a trabajar el selccionador. Fueron días de análisis con sus ayudantes sabiendo que cualquier decisión no sería la ideal. Solo lo era la presencia de Juancho y la esperanza se abrió pocos días antes de viajar a Estados Unidos. La mejora del jugador en esos primeros días de recuperación hizo dar marcha atrás a Scariolo, que optó por esperar y llevarse al ‘41’ hasta Las Vegas. Allí fue examinado por los médicos de los Timberwolves, que quedaron impresionados con el trabajo hecho con el jugador y le dieron luz verde a su presencia en los Juegos. «Ha hecho un esfuerzo tremendo por estar en el equipo», destacaba Scariolo.