La Esperanza de Triana, junto al Cristo de las Tres Caídas por las obras en el camarín
El altar de la Virgen verá reforzadas las medidas antincendios y será visitable El arzobispo pone fecha a la próxima coronación
La Esperanza de Triana fue trasladada a la nave donde se encuentra el Cristo de las Tres Caídas con motivo de las obras de adecuación y dotación de nuevos sistemas de segruidad contra incendios de su camarín en el retablo mayor de la capilla de los Marineros. A lo largo de los próximos días, la dolorosa permanecerá en la nave del Evangelio, más cerca de los fieles, donde habitualmente se encuentra la pintura de la Virgen del Carmen y a los pies de la imagen del Señor, en una imagen histórica ya que, desde que se amplió el templo hace algo más de una década, nunca ha estado la Virgen en esta ubicación.
La hermandad va a afrontar un proyecto bajo la dirección del arquitecto Aurelio Gómez de Terrero y bajo la supervisión de los especialistas en arte de la corporación Javier Sánchez de los Reyes e Ignacio Sánchez Rico, que consiste en la adaptación del camarín
El Arzobispado de Sevilla anunció ayer la nueva fecha para la coronación canónica de la Virgen de las Angustias de Sanlúcar la Mayor, después de que el pasado 12 de septiembre tuviera que suspenderse el acto por culpa de la pandemia del coronavirus. Si las condiciones sanitarias lo permiten, la dolorosa del Aljarafe, atribuida a Pedro Duque Cornejo, se coronará el próximo 11 de octubre.
Se trata del primer acto de culto público y externo que se celebrará en la Archidiócesis y cuya fecha está ya fijada. Y supone un hito, ya que la autoridad eclesiástica admite que, para entonces, hay posibilidades de que se puedan celebrar cultos externos. Además, será la primera coronación canónica que presida el nuevo arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses. para las visitas de los fieles, que era un anhelo que tenía la corporación.
La Gerencia de Urbanismo concedió el pasado mes de junio la licencia de obras que contempla, además, las reformas sobre el presbiterio del altar mayor de la capilla de los Marineros, «procediendo a la sustitución y recuperación del aplacado de mármol del zócalo y al recubrimiento de las pilastras con el mismo material», con indicó la hermandad en un comunicado.
Por otro lado, tal y como indicó la corporación, «las sucesivas labores de peritaje y realización de las citadas reformas y adecuaciones técnicas en materia de seguridad podrán conllevar el cierre temporal del templo en los días que se consideren preceptivos por parte de la dirección técnica del proyecto, lo cual será debidamente notificado a través de los medios de comunicación de la hermandad con la suficiente antelación debida».
De momento, lo que sí ha obligado es al traslado de la Virgen a la nave del Señor. La imagen luce la saya bordada en oro y sedas naturales sobre tisú de plata en las que se aprovecharon los antiguos bordados de los falfones del paso de palio realizados por Benjamín Pérez en 1990. El manto es el de terciopelo rojo realizado con trajes y capotes de torear de Antonio Ordóñez y el Algabeño, cuyos bordados se adaptaron por el taller de Caro en los años 70. Completa el ajuar la corona de metal dorado realizado por el orfebre Gabriel Medina en 1937, utilizándose para la ejecución el canasto de uno anterior, la confeccionada por Justino de Guzmán entre 1890 y 1891.
Sin duda, es una de las estampas más destacadas del tiempo estival y provocada por unas obras, como suele ocurrir cada año en las hermandades, que aprovechan el verano para llevar a cabo tareas de mantenimiento y conservación en sus instalaciones.