Juana Rivas vuelve al centro de inserción por orden judicial
Debe continuar el cumplimiento de su condena y mantendrá el tercer grado Podemos arremete contra los jueces
Juana Rivas debe volver a prisión. Casi un mes después de obtener el tercer grado y a la espera de qué ocurrirá con la petición de indulto, ha recibido la orden de reingreso en el CIS Matilde Cantos, en Granada. Durante este tiempo, ha estado cumpliendo en su domicilio con control telemático la condena que le impuso el Tribunal Supremo a dos años y seis meses de prisión por la sustracción de sus dos hijos menores.
El juez mantiene el tercer grado penitenciario para la condenada, pero en la modalidad establecida en el artículo 82.1 del Reglamento Penitenciario, esto es, con el horario diario que establezca el CIS; así como con restricciones en las salidas de fin de semana a dos al mes. Asimismo, el magistrado considera que Rivas debe seguir un programa de tratamiento específico «tendente a lograr la plena concienciación de los derechos de la infancia en toda su amplitud y el escrupuloso respeto que debe presidir toda actuación en las relaciones paterno filiales y el obligado respeto que se debe al cumplimiento de las resoluciones judiciales firmes».
El auto respalda parcialmente la opinión del fiscal del Juzgado de lo penal nº1 de Granada, que hace dos semanas pedía la revocación del régimen de semilibertad de Rivas, argumentando que la inculpada alegaba «un supuesto arrepentimiento» y a la vez «proclamaba a los cuatro vientos que volvería a hacerlo».
Desde la defensa insistían entonces en su «perplejidad» con lo anunciado puesto que Rivas cumplía todos los requisitos para estar en esta nueva situación, como indicó la Secretaría de Instituciones penitenciarias a propuesta de la Junta de Tratamiento de la prisión en la que se encontraba «tanto para ocuparse de sus tareas profesionales como para vivir en su domicilio».
El abogado de Rivas, que promete utilizar «todas las vía legales para corregir esta situación» que entiende «enormemente injusta» a la espera del indulto, ya criticó la postura del fiscal a la hora de posicionarse al respecto ya que, a todas luces, tal y como admitió en un comunicado días después la propia Fiscalía, no es de su competencia, sino del Gobierno.
Así las cosas, en un mes Rivas ha entrado y salido del centro de inserción que eligió para cumplir la condena dos veces, y seguramente éste no será el último episodio judicial del caso.
La portavoz adjunta de
Unidas Podemos en el Congreso, Sofía Castañón, reaccionó a la noticia descalificando la decisión judicial al considerar que hay un «sesgo patriarcal y machista en la Justicia». Castañón manifiestó su «consternación» y «preocupación» por esta decisión judicial, que estima parcialmente el recurso de la Fiscalía contra la concesión del tercer grado a Juana Rivas. Castañón obvia cómo Rivas desde 2017 ha perdido sus múltiples litigios en todas las instancias judiciales de España e Italia, y asegura que Podemos va a seguir trabajando en una nueva generación de derechos, como «pilar fundamental» de las luchas contra el machismo.
Juana Rivas fue condenada por el Tribunal Supremo después de que en 2016 se fuera con sus dos hijos de Italia sin el consentimiento paterno, llegando a pasar en verano de 2017 un mes en paradero desconocido con ellos incumpliendo las resoluciones judiciales que le obligaban a entregárselos al padre, al que acusa de malos tratos.
Esa acusación está basada en un suceso de 2009 cuando la pareja residía en Granada y mantuvieron una pelea acusándose mutuamente de lesiones. Entonces, Francesco Arcuri, pareja de Juana, retiró su denuncia y aceptó, contra la opinión de su abogado, un acuerdo de conformidad como responsable de un delito de lesiones en el ámbito familiar. Fue condenado a tres meses de prisión y alejamiento de año y medio.
La pareja retomó su relación un año después y se fueron a vivir a Cerdeña donde tuvieron un segundo hijo. En 2016 Juana denuncia a Arcuri por maltrato y decide por su cuenta volver a España con los niños. Ninguna de sus denuncias desde entonces ha prosperó, ni en Italia ni en España.