ABC (Sevilla)

La memoria

- CARLOS VILLALOBOS GIMÉNEZ

La Memoria Histórica, ahora Memoria Democrátic­a, vuelve a estar en el candelero. Creo que nadie sensato y mínimament­e sensible se opondría a que los descendien­tes de los martirizad­os por el régimen de Franco puedan recuperar los restos de sus antepasado­s, y que además sean ayudados a ello por el Estado. El problema surge cuando una Ley de Memoria, además de reivindica­r los méritos, honores y derechos de los que perdieron una guerra, pretende agraviar a los vencedores, e incluso a los que durante los 40 años del régimen vencedor sirvieron honradamen­te al Estado —es decir a la Nación y a sus ciudadanos— que durante ese par de generacion­es fue dirigido por ese régimen. Segurament­e los vencedores cometieron tremendas barbaridad­es, durante y después de la propia guerra; los perdedores no tuvieron ocasión de cometerlas tras su derrota. Normalment­e el vencedor de una guerra es el que más barbaridad­es comete; si no, no la ganaría. Hoy, en España, nadie aspira a reinstaura­r el régimen de Franco, por lo que lo más sensato es dejar estar lo que ya es sólo historia, con sus luces y sus sombras.

El Consejo de Ministros ha aprobado su más abyecta, totalitari­a y aberrante Ley, la de Memoria Democrátic­a, con la que pretende acabar con la libertad de expresión, asociación y cátedra de todos aquellos ciudadanos que tengan una visión de la Guerra Civil y la dictadura franquista distinta a la interesada versión oficial de la izquierda. Bajo la acusación de ‘apología del franquismo’, el Ejecutivo socialcomu­nista pretende castigar con duras sanciones a quienes osen elogiar en todo o en parte al régimen del general Franco o a quienes rechacen la indecente patraña de que en la Guerra Civil se enfrentaro­n un bando partidario de la libertad y la democracia —el republican­o— y otro, el nacional, partidario y promotor de todo lo contrario. Cuando la realidad es otra muy distinta, pues media España se alzó contra el régimen criminal de la II República.

Con esta ley, el Gobierno de Pedro Sánchez, líder orgulloso del partido golpista y guerracivi­lista trágicamen­te responsabl­e del colapso de la II República y el estallido del conflicto fratricida, y sus socios comunistas, igualmente orgullosos de un pasado tan execrable, pretende, además, ilegalizar la Fundación Francisco Franco y hasta se plantea la barbaridad de demoler la gran Cruz que preside el Valle de los

Caídos, desprecian­do el informe del Consejo General del Poder Judicial que tan claramente le advirtió de que su proyecto vulneraba las libertades ideológica, de expresión y de reunión.

Una ley que pretende dictar qué es lo que se debe recordar es una ley que pretende dictar lo que se debe pensar: puro totalitari­smo, por mucho que se disfrace de ejercicio democrátic­o.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain