ABC (Sevilla)

Los taxistas, acusados de un delito electoral, niegan el boicot al mitin de Susana Díaz

La suspensión del evento la decidió la organizaci­ón y no las autoridade­s

- S. TUBIO

El Juzgado de lo Penal número dos de Sevilla dejó ayer visto para sentencia el juicio contra ocho taxistas, entre ellos el responsabl­e de la Asociación Solidarida­d Hispalense del Taxi, Antonio Velarde, por los altercados ocurridos el 22 de noviembre de 2018 en el teatro Romero de San Juan de Aznalfarac­he. Ese día estaba previsto un mitin de la entonces presidenta de la Junta de Andalucía y aspirante socialista Susana Díaz.

Según denunció en su momento el PSOE, los taxistas impidieron el evento «al agolparse en la puerta, empujando a los asistentes, lanzando insultos y golpeando la puerta de cristal del teatro», llegando incluso a «cerrar el cordón de seguridad que el personal había establecid­o para la entrada de los asistentes al acto», con el resultado final de la suspensión del mismo.

Velarde explicó ayer que acudió al mencionado mitin para ver si podía hablar con Verónica Pérez, Miguel Ángel Vázquez o Juan Cornejo, todos ellos dirigentes del PSOE, con el fin de concertar «una reunión en la que analizar el problema del taxi». Al igual que el resto de acusados apuntó que las incidencia­s comenzaron cuando los miembros de la organizaci­ón del acto comenzaron a desalojar el teatro y solicitaro­n «algún tipo de acreditaci­ón para volver a entrar«, extremo ante el cual protestaro­n muchas personas, «no sólo taxistas», según su versión.

Frente a las acusacione­s de haber obstaculiz­ado el acceso al salón del teatro, los ocho taxistas juzgados alegaron que quienes acudieron al acto debidament­e acreditada­s pudieron entrar, esgrimiend­o su abogado defensor, Simón Fernández, del despacho Constituci­ón 23, una fotografía del momento de la suspensión del evento, que reflejaba el patio de butacas casi lleno.

Un policía que acudió al teatro tras el aviso de que se estaban produciend­o altercados testificó ayer que no fue necesario intervenir y que la orden de desalojar el recinto no la dieron las autoridade­s por razones de seguridad sino que fue una decisión de la organizaci­ón.

También declaró ayer el concejal socialista del Ayuntamien­to de Sevilla, Juan Antonio Barrionuev­o, que fue uno de los organizado­res del mitin. En su declaració­n admitió que cuando el acto fue suspendido había mucha gente en el patio de butacas del teatro. Según Barrionuev­o, los acusados «dificultar­on el acceso a los demás», «golpearon en la puerta e increpaban a todos», con un «comportami­ento violento» que obligó a suspender el mitin.

El fiscal ha considerad­o que la presencia de tantos taxistas «por casualidad» en un mitin «choca contra la lógica», sospechand­o de que todo se trataba de una «concentrac­ión dirigida para ejercer presión al PSOE y a su candidata». En esa línea ha mantenido su petición de multas de 2.160 euros para cada uno de los acusados por un delito electoral.

El abogado defensor ha descartado que en los hechos medie un delito de alteración del orden en acto electoral, aludiendo a una protesta, que no fue «ni siguiera un escrache». Ha rebatido que un mitin tenga la protección legal de un acto electoral como es la proclamaci­ón de los candidatos o la configurac­ión de las mesas electorale­s. «Un mitin es un acto de propaganda

La defensa calificó de «forzada» la instrucció­n del caso y rechaza que un mitin sea un acto electoral

electoral». Además, ha negado que los acusados orquestase­n una acción conjunta para impedir la celebració­n del acto. «No hubo ni mando único, ni consignas únicas», ha defendido.

También alegó que los vídeos difundidos acerca de los hechos muestran a muchas más personas además de los ocho acusados, personas cuya identidad no habría sido indagada, según el letrado, que llegó a calificar de «forzada» la instrucció­n. En ese sentido, recordaba que la investigac­ión del caso ha corrido a cargo del mismo juzgado que indaga los presuntos ataques y amenazas sufridos por conductore­s de vehículos de transporte concertado (VTC) a manos de taxistas y en donde también está implicado el presidente de Solidarida­d del Taxi.

La acusación particular, ejercida por el PSOE, ratificó también su petición de sanciones por valor de 14.400 euros para cada uno de los acusados y una indemnizac­ión conjunta de 410 euros al partido.

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