Tezanos aúpa a Sánchez tras los indultos y la crisis de Gobierno
Yolanda Díaz supera al presidente como líder mejor valorada, pero todos suspenden
Menos de dos semanas después de que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, renovara su gabinete dándole más peso al PSOE, ya se esbozan los siguientes movimientos. El partido se prepara para una reorganización clave de sus grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados y Senado. Unos cambios que poco a poco irán materializándose, aunque todavía no están del todo definidos. El nombramiento de Ander Gil como presidente del Senado, después de la salida de Pilar Llop por su nombramiento como ministra de Justicia, obliga al PSOE a buscar un nuevo perfil para la portavocía de la cámara.
Ayer precisamente se hizo oficial el nombramiento de Susana Díaz, expresidenta de la Junta de Andalucía, como senadora autonómica socialista. Y aunque en un primer momento se especuló en los mentideros políticos con que ella podía ocupar el cargo de portavoz en el Senado, finalmente esa idea ya ha sido desmontada por la dirección. Fuentes de los altos mandos de Ferraz aseguraron ayer a ABC que en ningún caso la expresidenta andaluza iba a tener un puesto con tanta exposición pública.
Cambios en el Congreso
No obstante, estas mismas fuentes sí que apuntan a que Díaz será la presidenta de la Comisión de Industria. Gozar de las prebendas y privilegios que otorga presidir una comisión parlamentaria estuvieron sobre la mesa en la negociación para culminar con su abandono de la política andaluza y culminar con su retiro en Madrid. Pero, a pesar de estos movimientos, sin lugar a dudas los cambios más profundos son los que se esperan en el Grupo Parlamentario Socialista del Congreso de los Diputados en los próximos meses. Rafael Simancas tendrá que dejar la Secretaría General del grupo parlamentario, lo que significaba ser el número dos, al ser nombrado Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. Simancas, un veterano diputado socialista, que ha formado parte de importantes negociaciones parlamentarias para el Gobierno de coalición, se convertirá así en uno de los hombres fuertes de Félix Bolaños, flamante ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Fuentes socialistas aseguraban estos días que el relevo no será inmediato.
Congreso federal en otoño
Ya se empieza a reconocer la posibilidad de que Adriana Lastra, actual vicesecretaria general del partido y número dos de la formación, abandone su condición de portavoz en el Congreso para centrarse en las cuestiones orgánicas. Ese nuevo portavoz sería el encargado de elegir a la nueva dirección del grupo parlamentario. Lastra será la encargada de presentar este fin de semana la ponencia marco del 40º Congreso Federal del PSOE, que se celebrará del 15 al 17 de octubre. Ahí se plasmarán los ejes programáticos en los que buscan asentar el proyecto socialista de los próximos años.
El presidente del Gobierno cumplió el mes pasado tres años en La Moncloa, pero lo hizo en un contexto de debilidad. La drástica remodelación de su gabinete era un revulsivo. Y lo siguiente será una revolución orgánica al estilo de la que ya realizó en 2017 cuando ganó las primarias. Como viene explicando este diario, una de sus ideas es reducir el tamaño de la Ejecutiva socialista. También se especula con incorporaciones. Por ejemplo, la salida de José Luis Ábalos del Gobierno y del PSOE deja al partido sin portavoz claro en Ferraz. Una función que deben recuperar pronto. Con el 70 por ciento de la población vacunada una vez pase el verano y hecha ya la remodelación del Gobierno, el momento para los cambios en Ferraz será otoño. Los congresos autonómicos se irán sucediendo después del federal y hasta final de año.
El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha ampliado la distancia entre PSOE y PP al otorgar a los primeros una estimación de voto del 28,6 por ciento frente al 23,4 que obtendrían los populares si hoy hubiera elecciones, 5,2 puntos de diferencia. Además, en lo que respecta a valoración de líderes, la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Unidas Podemos en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, es la dirigente mejor valorada, por encima del propio Pedro Sánchez. No obstante, ninguno llega al aprobado.
En los datos ofrecidos por el organismo dirigido por el socialista José Félix Tezanos –los primeros desde los indultos a los líderes del ‘procés’ y que incluye la remodelación del Gobierno–, si hoy hubiera elecciones generales en España el PSOE obtendría un 28,6 por ciento del voto (1,2 puntos más que hace un mes) y el PP tendría un 23,4 por ciento (medio punto menos en 30 días). Vox seguiría siendo tercera fuerza, con un 13,6 por ciento del escrutinio, seguido de Unidas Podemos (10,6 por ciento) y Ciudadanos (5,5 por ciento).
Así, la distancia entre el PP y el PSOE se amplía despúes de que en junio registrara la diferencia más pequeña entre ambos. En concreto, los populares estaban en junio a 3,5 puntos de los socialistas tras un crecimiento sostenido en los meses anteriores. Sin embargo, esa tendencia se ha roto en julio y entre ambos hay ahora 5,2 puntos porcentuales de diferencia.
El principal beneficiado de la caída del PP sería Vox, que crece algo más (0,6 puntos) que todo lo que pierde la formación presidida por Pablo Casado. El partido de Santiago Abascal mantenía una tendencia a la baja desde abril, cuando logró su máxima estimación de voto (15,4 por ciento), que coincidía con el ascenso del PP. Un trasvase similar ocurre en la izquierda: el crecimiento del PSOE (1,2 puntos más) provoca una caída a Podemos de 1,4 puntos. Ciudadanos, por su parte, permanece estancado en el 5,5 por ciento de voto (5,6 en junio y 5,3 en mayo).
Poca confianza
Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda, es la líder mejor valorada aunque no llega al 5 (se queda en un 4,7 sobre 10). Le sigue el presidente, Sánchez, que obtiene un 4,3. En tercer lugar se sitúa Íñigo Errejón (Más País), con un 4,2 y, tras él, Inés Arrimadas (Ciudadanos) con un 3,5; Pablo Casado (PP), con un 3,4 y Santiago Abascal (Vox), con un 2,8.
No obstante, Sánchez sigue siendo el preferido para gobernar para un 22 por ciento, frente a un 10,5 que pone por delante a Casado. Díaz es la elección que escoge un 9,5 por ciento. Los principales dirigentes generan, de forma general, poca confianza. En Sánchez confían poco o nada un 69,3 por ciento de los españoles, mientras que en el caso de Casado esta cifra se dispara hasta el 85,7.