Londres y París sellan un acuerdo contra la inmigración ilegal en el canal de la Mancha
Más dinero y más tecnología para ‘cortar’ la travesía en las playas de Francia
son «acuerdos excepcionales» en torno al intercambio de datos y cooperación para disuadir a quienes buscan trasladar productos que no cumplen con los estándares europeos desde Irlanda del Norte a Irlanda, aunque no explicó cómo llevar a cabo esos controles si no hay una frontera física en la isla ni controles para las mercancías que llegan al Ulster. La única idea clara que expresó fue que considera que debe extenderse la suspensión de esos controles en el mar de Irlanda y mantener congeladas las posibles sanciones a las empresas que los han incumplido. «Instamos a la UE a que lo mire con nuevos ojos y trabaje con nosotros para aprovechar esta oportunidad y mejorar nuestras relaciones».
El Protocolo Irlandés es el elemento más delicado del acuerdo del Brexit. El actual primer ministro, Boris Johnson, lo firmó en 2020 y el Parlamento británico lo ratificó después por amplia mayoría. Sin embargo, los sectores nacionalistas más radicales y los más fervientes partidarios del Brexit nunca lo han aceptado. A pesar de su negativa clara respecto al grueso de la propuesta británica, Sefcovic afirma que espera reunirse lo antes posible con Frost para intentar desactivar las tensiones.
Francia y el Reino Unido llegaron ayer a un acuerdo para invertir dinero conjuntamente en vigilancia y métodos de detección de inmigrantes ilegales que intentan cruzar el canal de la Mancha y llegar a tierras británicas. Francia duplicará el número de sus efectivos policiales en la costa norte, entre las ciudades de Bolougne y Dunkerque, y alrededor del puerto de Diepper, y aumentará también las patrullas aéreas para intentar localizar y luego interceptar el mayor número posible de embarcaciones ilegales que trasladan emigrantes al Reino Unido.
En pateras
Londres, por su parte, financiará las medidas, que incluyen también aportar dinero para los campos de refugiados en territorio francés, e invertirá 62,7 millones de euros entre este año y el siguiente, según afirmaron ayer tras una reunión el ministro de Interior francés, Gerald Darmanin, y su homólogo británico, Priti Patel. Muchas de las medidas serán implementadas en territorio francés para impedir la salida de pateras rumbo a las Islas Británicas y Francia aseguró ayer haber impedido que 7.500 personas llegaran al Reino Unido desde el año pasado y en lo que va de 2021.
El pasado lunes al menos 430 personas cruzaron el canal de la Mancha rumbo a Inglaterra, entre los que había mujeres y menores. Esta cifra marca hasta ahora el récord del mayor número de personas que lo han hecho en un día.
Al menos 8.452 personas cruzaron el canal de la Mancha en pateras en lo que va de año, superando ya la cifra total registrada en todo 2020, según la agencia de noticias de la Asociación de la Prensa británica. El Gobierno británico ha adoptado muchas medidas en los últimos meses para convertir el país en un lugar menos atracttivo para la inmigración ilegal y ha reforzado las sanciones contra todos los agentes y organizaciones implicadas en el tráfico ilegal de personas.
Francia, por su parte, anunció ayer que reforzará también los controles y los efectivos desplegados en sus fronteras con España e Italia.
Según el Ministerio del Interior británico, la ayuda prestada por Londres a París el año pasado permitió que Francia doblara el número de sus agentes en las playas del norte. Eso permitió, según la misma fuente, que el número de ilegales que llegaron a las islas cayera este año a la mitad respecto al mismo periodo del año pasado. No obstante, ante el aumento de la vigilancia las mafias del traslado de emigrantes están moviendo sus operaciones más al norte en la costa francesa, aumentando así la distancia que deben recorrer y los riesgos.
Los nuevos acuerdos de colaboración no implican que los franceses puedan intervenir en alta mar, aunque las autoridades británicas han sugerido a París la organización de patrullas conjuntas. Según la BBC, la respuesta de Francia es que «por ahora no están preparadas para intervenir en el mar, solo en tierra», en su territorio, antes de que los emigrantes zarpen.
Penas de cárcel
El nuevo acuerdo franco-británico significa, en cambio, que la ayuda que preste Londres permitirá a París «situar a más policías en la costa norte, y utilizar la tecnología de última generación».
La ministra británica Victoria Atkins declaró a la BBC que el Gobierno quiere «rutas seguras para los emigrantes legales», y desmantelar las organizaciones criminales que se dedican al tráfico de personas.
En realidad, el Gobierno de Johnson amenaza también con aumentar las penas contra los ilegales detenidos cuando llegan a las islas Británicas. La Ley de Nacionalidad y Fronteras, que se debate en el Parlamento, contempla penas de hasta cuatro años de prisión para quienes intenten entrar en el país sin papeles. El Gobierno espera que esta legislación sea disuasoria de cara a los ilegales, pero oenegés como Refugee Action la han calificado como «radical y despreciable».