El chavismo plantea ahora nuevas condiciones para dialogar con la oposición
El régimen de Cuba mantiene sus medidas de dura represión para aplastar cualquier intento de los ciudadanos de reavivar la llama de la protesta por la falta de libertad en la isla. Los juicios sumarios y las detenciones siguen siendo moneda común, mientras sigue el corte de internet para impedir las comunicaciones entre los cubanos y hacia el exterior.
En medio de ese clima de opresión el Movimiento de Madres del 11-J, que incluye a mujeres con hijos presos por participar en las manifestaciones así como a las parejas y familiares de heridos o desaparecidos en estos actos, había convocado ayer a las 11.00 (las 17.00 en la España peninsular) una protesta nacional. En el caso de La Habana, llamaba a concentrarse en el inicio del paseo del Prado, en el Malecón, y marchar hasta el Parque Central, frente a la estatua de José Martí, muy cerca del Capitolio. La convocatora se dirigía solo a mujeres para evitar que las fuerzas del Gobierno se emplearan contra con violencia contra la marcha.
Activistas por la libertad en Cuba denunciaron durante la jornada nuevas detenciones, como la de Marthadela Tamayo González, perteneciente a la Red Femenina de Cuba y primera vicepresidenta del Consejo de Transición Democrática, y su pareja, el rapero Osvaldo Navarro, cuando se disponían a acompañar a la marcha del Movimiento de Madres del 11-J, recogía en Twitter Manuel Cuesta, portavoz del Partido Arco Progresista y coordinador Plataforma Nuevo País.
La cuenta en esa misma red social de Alianza Cubana por la Inclusión alertó, por su parte, de la detención arbitraria de una de sus miembros, Zelandia de la Caridad Pérez, también activista de la Red Femenina.
Osorbo habla desde prisión
Entre tanto, el rapero Maykel Osorbo, cointérprete de la canción ‘Patria y vida’ que se ha convertido en símbolo de la oposición al régimen, hizo público el martes un mensaje desde prisión, a través de los perfiles del Movimiento San Isidro en las redes sociales, en el que dedica el reciente premio otorgado por la Fundación Memorial Víctimas del Comunismo (VOC), con sede en Washington, a todos los cubanos que «están puestos» en la lucha por la libertad. «Con el corazón, quiero agradecer a esas personas que nos hicieron llegar el premio, fruto de un trabajo limpio, de un trabajo que casi le cuesta la vida a uno, fruto de un trabajo que ha costado que me den golpes, que me partan el tabique, que me rompan los dedos, porque así funcionan los esbirros», asegura. Según Osorbo, «uno nunca hace algo, ni una denuncia, ni una canción con la idea de que le den un premio. Porque yo no me siento a ese nivel. Pero este premio marca el camino».
Ese mismo día se hizo escuchar en Washington la voz de Rosa María Payá, directora de Cuba Decide e hija del fallecido activista Oswaldo Payá. Participó en una audiencia del subcomité de Hemisferio Occidental, Seguridad Civil, Migración y Política Económica Internacional de la Cámara de Representantes, en la que pidió que el Gobierno de Joe Biden no dé marcha atrás a la política de mano dura contra la isla. «El levantamiento de las sanciones (estadounidenses) sería un error», dijo Payá. A su juicio, EE.UU. debería emprender acciones para «quebrar el control que el régimen sobre las comunicaciones» e invitar a la UE y a la OEA a tomar «medidas similares.
En esa misma audiencia en el Capitolio, el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, subrayó que «miles de cubanos han salido a las calles en todo el país y el gobierno reaccionó con una represión brutal».
El presidente del Parlamento chavista, Jorge Rodríguez, propuso que la oposición firme un compromiso de «abandonar la violencia» para poder ir a un diálogo. Estas son nuevas condiciones después de que el régimen chavista escogió a México como sede de las reuniones.
«Vamos a ir a un diálogo con los sectores que firmen un papel que se comprometan a abandonar cualquier forma de violencia contra el pueblo. Cualquier diálogo es entre el gobierno constitucional y la oposición venezolana», señaló.
Rodríguez, convertido en el portavoz del chavismo del eventual diálogo, ha seguido lanzando propuestas mientras ordena el encarcelamiento de políticos opositores entre otros a Freddy Guevara, que es el representante de Juan Guaidó en las conversaciones, a quien también intentó detener hace dos semanas. Guevara también es el coordinador nacional de Voluntad Popular. Sin mostrar pruebas, Rodríguez le acusa de «traición a la patria» y le vincula a bandas criminales como la del Koki, un jefe delincuente de la Cota 905 de Caracas, aliado del chavismo.
A pesar de encerrar a Guevara, su interlocutor en las conversaciones preliminares, Rodríguez sostiene: «Nosotros no somos pendejos, somos amantes y buscamos la paz, pero si ellos creen que nos van a aplicar aquella de todas las formas de lucha, llegaron tarde a leerse el manual». Advirtió de que no van «a aceptar cuentos, es entre el Gobierno y la oposición. Vamos a hacerlo siempre y cuando quede claro que es con el Gobierno legal que preside Nicolás Maduro Moros».
Con sus nuevas condiciones, el presidente del Parlamento chavista aclara que rechaza la participación de EE.UU. en el eventual diálogo. Guaidó ha insistido en la presencia internacional en el diálogo.