ABC (Sevilla)

El Brexit abre la puerta a que los británicos disparen su gasto

- MADRID J. AGUILAR MADRID

La tarifa regulada de la luz «es siempre la más ventajosa para un consumidor doméstico». Así de rotunda se expresó en abril pasado la ahora vicepresid­enta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Esta recomendac­ión, que podría ser acertada en una situación normal de los mercados, ha resultado envenenada para los consumidor­es, ya que desde que lo dijo la ministra, el 7 de abril, hasta hoy, esa tarifa regulada o pvpc se ha encarecido un 70%.

Y no se puede decir que los precios de la electricid­ad se hayan disparado súbitament­e y hayan descolocad­o a la ministra, ya que en aquellos días el coste de esta energía en el mercado mayorista empezó a superar los 60 euros el megavatio hora (MWh). Abril cerró con un precio medio de 65,02 euros, cifra que aumentó a 67,12 en mayo y hasta los 83,29 en junio.

Ese día, Teresa Ribera también aseguró en un foro que, con la nueva facturació­n del consumo eléctrico –que entró en vigor en junio–, «saldrá beneficiad­o el consumidor más atento y habrá ahorros para prácticame­nte todos los consumidor­es domésticos que tienen la tarifa pvpc».

Pronóstico­s errados

Estos errores de cálculo del Ministerio para la Transición Ecológica con el mercado eléctrico no son nuevos, ya que tres meses antes, a mediados de enero, tras el paso de la borrasca Filomena, la ministra pronosticó tras un Consejo de Ministros que el coste de la electricid­ad bajaría un 45% en el segundo trimestre respecto a la media de los 80 euros durante el temporal de frío. Es decir, unos 56 euros el MWh. Pues bien, la media del segundo trimestre ha rozado los 72 euros, un 28% más que lo previsto por ese ministerio.

Teresa Ribera también vaticinó una tendencia bajista debida a la entrada masiva de renovables que permitirá que los precios del mercado energético español se sitúen en 2022 y en 2023

La salida del Reino Unido de la UE ofrece una oportunida­d a España para mejorar su posicionam­iento como destino de compras, una de las tareas pendientes de nuestro país. En concreto, el Brexit abre la puerta a que los países de la UE se disputen 2.600 millones de gasto turístico, según un estudio de Global Blue.

Por un lado, desde este 2021 los ciudadanos del Reino Unido se pueden beneficiar de la devolución del IVA en las compras (’tax free’) que realicen en la UE, donde se incluye a la Península y Baleares. De hecho, según un estudio de Global Blue, un 60% de británicos gastarán un 50% con esta posibilida­d. Esto supondría unos 1.100 millones de euros más.

Este dato podría impulsar el crecimient­o del turismo de compras en España, ya que es el principal destino de los británicos. Sin embargo, su gasto, de unos 990 euros, es una cantidad escasa. Para el director general de Global Blue en España, Luis Llorca, «el reto de España es empujar al británico a que compre más».

Los otros 1.500 millones de euros son los que el Reino Unido dejaría de ganar al no contar con ‘tax free’ por el Brexit. Esto abre la puerta a que los turistas de largo radio, que suelen visitar más de un país cuando viajan a Europa, focalicen sus compras fuera del Reino Unido. Sin embargo, según Global Blue, este gasto turístico no tendrá a España como uno de sus mayores beneficiar­ios. Francia captaría el 41% del dinero que no recebiría el Reino Unido; Italia el 29%; Alemania el 11%; y España solo el 9%.

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