ABC (Sevilla)

El dos sin timonel sevillano, a por lo máximo en los Juegos pero sin ninguna presión

Javier García y Jaime Canalejo integran uno de los tres barcos de remo españoles que competirán en Tokio En la madrugada de este sábado entran en acción

- SERGIO A. ÁVILA

Hace 37 años que España no consigue una medalla en remo. Ha llovido mucho, desde que Climent y Lasurtegui se colgaran la plata en el lago Casitas, en los Juegos de Los Ángeles en 1984. Lo hicieron a bordo de un dos sin timonel, el barco que precisamen­te competirá en Tokio con dos sevillanos del Club Náutico a los mandos. Javier García y Jaime Canalejo son, más que amigos, hermanos. Se conocen muy bien. Dentro de un bote de remo han compartido alegrías, tristezas, victorias y derrotas, y sobre todo horas y horas incontable­s de entrenamie­nto en pos de un sueño, el olímpico, que cristaliza en Tokio pero se forjó en 2019, en el Campeonato del Mundo de

Linz (Austria). Allí y entonces lograron el billete.

Cuna del Club Náutico, bético uno (García) y sevillista el otro (Canalejo), conforman una tándem sensaciona­l. «En un barco de dos la compenetra­ción que has de tener con tu compañero tiene que ser perfecta. Y que seamos del mismo club y llevemos remando juntos desde 2011 hace que todo sea mucho más fácil a la hora no sólo de remar sino de realizar cualquier entrenamie­nto, ya sea en el ergómetro o en el gimnasio... Somos una familia, prácticame­nte hermanos, y eso también ayuda», aporta Javier García, que atendía la llamada de este periódico, al igual que su compañero, desde la concentrac­ión en Bañolas, donde han pasado las últimas semanas concentrad­os y preparando la gran cita antes de partir a Tokio.

Sus buenos resultados en este ciclo olímpico los anima y les da confianza, pero no les mete presión. Son debutantes en unos Juegos y quieren disfrutar esta inolvidabl­e experienci­a. «Presión no tenemos ninguna —asiente Canalejo—. Sabemos lo que hemos entrenado y el rendimient­o que le podemos sacar al bote, pero no nos ponemos ningún tipo de presión. Vamos a disfrutar todo lo que podamos. Es obvio que nos fastidiarí­a un resultado malo porque tenemos buena velocidad y hemos entrenado mucho, pero no hay presión de conseguir un buen resultado ni medalla. Vamos a ir regata a regata, convencido­s de que si hacemos lo

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En la categoría del dos sin timonel, donde reman Canalejo y García, hay trece barcos en liza que se distribuye­n en tres series eliminator­ias. Dado que en Tokio son siete horas más, las tres se disputan en la madrugada del viernes al sábado (horario peninsular). La de los sevillanos está fijada a las 3.20. El bote español tendrá como rivales a Sudáfrica (Daffarn y Green), Serbia (Mackovic y Vasic), Países Bajos (Sprang y Krommenhoe­k) y Rumanía (Cozmiuc y Tudosa). Son botes poderosos, especialme­nte el rumano, el serbio y el neerlandés, pero el barco hispalense tampoco es inferior a ninguno. Los rumanos fueron campeones de Europa en 2020, cuando sorprendie­ron a los croatas Martin y Valent Sinkovic, que son favoritos. De cada serie pasan los tres primeros, el domingo 25 es la repesca, el martes 27 las dos semifinale­s y el jueves 29 de julio, las finales

A y B. que tenemos que hacer, podremos logra r un buen resultado. Llevamos muchos años para estar en unos Juegos y no solamente es el resultado, sino también disfrutar de estar allí, compitiend­o, en la villa, todo eso».

Quizá la ausencia de presión podría repercutir en un mayor rendimient­o. «Puede ser una ventaja porque es verdad que los barcos que son «relativame­nte» nuevos en la competició­n tienen ese peligro, en el buen sentido de la palabra. Al no tener presión, pueden dar una sorpresa, y por qué no, meternos ahí, en la lucha por las medallas», razona García, graduado en Ciencias del Deportes y cuyo amor por la boga proviene de familia. Empezó en 2004, con doce años, su padre es remero y también su hermano, ambos inductores de su afición por esta disciplina. Canalejo llegó al remo casi por casualidad. «Me inicié con ocho años. Mi hermano y yo nos apuntamos en el Club Náutico y no conocíamos el remo, pero queríamos hacer algo diferente al fútbol y vimos un anuncio en el ABC, donde mi madre ha trabajado toda la vida. Desde el principio nos enganchó», recuerda Canalejo, que estudia INEF en la Universida­d de Sevilla.

En estas últimas semanas han recibido multitud de consejos, pero García se queda fundamenta­lmente con uno: «Que disfrutemo­s el momento. Obviamente, una vez que estamos allí aspiraremo­s a lo máximo, pero sin que ello nos impida disfrutar desde el momento en que nos montemos en el vuelo hasta que nos subamos al de vuelta. Porque el disfrute de cada día es los que nos quedará en el recuerdo».

Y aunque Tokio es lo inmediato, de París 2024 no se olvidan. «Queda un año menos y de carrerilla lo vamos a intentar. Estamos logrando buenos resultados y gracias a las becas podemos seguir adelante», expone Canalejo, pensamient­o compartido con su compañero: «Está en nuestras mente. Si es cierto que el próximo año será más tranquilo, el siguiente es ya clasificat­orio para París. Segurament­e aguantarem­os para entonces», aventura García.

«Somos una familia, casi hermanos, y eso lo hace más fácil en el barco», expone García

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2019, celebrado en Linz Ottensheim (Austria)
Jaime Canalejo y Javier García lograron el billete olímpico en el Campeonato del Mundo de 2019, celebrado en Linz Ottensheim (Austria)

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