Granada, Capital Cultural 2031: proyecto en año cero
Dentro de diez años
ranada Ciudad del Rock, Granada Ciudad de la Ciencia, Granada Ciudad de la Tecnología. Del Conocimiento, de la Música, del Teatro, del Cine, del Medio Ambiente. La lista de frases hechas es interminable y han estado tan ligadas a la boca de los últimos dos alcaldes como las moscas a las sardinas. Pero de todas ellas, hay una que se repite. Granada, Ciudad Europea de la Cultura 2031.
La cacareada candidatura comenzó a andar en 2015, con el PP en el gobierno, y seis años después los pasos dados son escasos más allá de procesos participativos, ocurrencias, firmas colectivas y fotos. Ideas, muchas. Proyectos tangibles, por el momento, ninguno. Mientras tanto, surgen competidores.
Las Palmas de Gran Canaria anunció el pasado mes de junio su candidatura a albergar la cita. Lo hizo el alcalde de la localidad, Manuel Hidalgo, en un acto a bombo y platillo en la inauguración del Edificio Fyffes, un nuevo
Glaboratorio de ideas para las artes escénicas, visuales y musicales en el istmo, y, todo sea dicho difícilmente imaginable en la actual situación de Granada.
Al mismo tiempo, la alcaldesa de Jerez ya hace un año también hizo explícita la aspiración de la ciudad y lleva incluso en estos meses difíciles creando sinergias con otros municipios de la provincia gaditana para llevar a término la candidatura. No es poco teniendo en cuenta que no tiene el apoyo explícito de la Junta que sí ha tenido Granada desde un comienzo y habiendo llegado casi cinco años más tarde a la carrera que se decidirá en 2025.
En tierras granadinas, la tremenda crisis política que ha vivido el Ayuntamiento, con todos los grupos políticos en acusaciones cruzadas, a cada cual más gruesa durante más de dos meses, no es precisamente un buen precedente para el reto que le viene por delante si de verdad se quiere acoger el evento. No son pocos los corporativos municipales que acusan al anterior alcalde, Luis Salvador, de haberse arrogado la propuesta y casi personalizarla en los últimos tiempos.
Parálisis
Lastrado por la crisis sanitaria, los plazos se le acaban poco a poco a un proyecto en principio central y por ahora retórico para cada uno de los partidos políticos que componen la corporación, tal y como admite el director técnico de la candidatura Granada 2031 Enrique Hernández de Salas. «En el anterior equipo de gobierno el trabajo fue muy limitado por la pandemia. Todos los procesos requieren reuniones de mucha gente y eso, evidentemente, no era posible. Ahora, según lo que he hablado con el alcalde, lo retomaremos con fuerza en los próximos meses».
La herencia del proyecto para el socialista Cuenca es de parálisis absoluta, con un tejido cultural devastado por el Covid
La herencia que toma el socialista Paco Cuenca, aunque estructuralmente no es muy diferente de la que dejó por otra parte, es de parálisis absoluta. El año y medio de pandemia ha desembocado en un tejido cultural devastado en la ciudad. A pesa de ser la primera ciudad española con mayor pulso y actividad cultural con los datos en la mano, el apoyo institucional para el sector local ha sido nulo. Las salas de conciertos están con el agua al cuello y no ha habido ayudas específicas para el sector, ni siquiera un acercamiento simbólico. Los festivales se mantienen sí, con el Festival de Música y Danza a la cabeza, pero se han perdido ya dos, el Cinema Paradiso, antiguo Retroback, y el Festival Iberseries, que con todo cerrado, cambió de sede a Madrid. El Plan Alhambra será oxígeno para el ingente pero desgastado patrimonio granadino y el V centenario de la Universidad de Granada es el mejor aval posible para la candidatura pero el diagnóstico es claro: los mejores movimientos e inversiones funcionan por ahora fuera del consistorio.
El caso de la capitalidad cultural europea de Salamanca en 2002 es un buen ejemplo de como un evento así puede cambiar por completo una ciudad. «Salamanca es un caso muy parecido a Granada» señala Enrique Cabero, catedrático de la Universidad de Salamanca y quien fuera el director de la candidatura.
«Necesitábamos infraestructuras nuevas y se crearon, se llevó a cabo un consorcio que aún sigue vigente y por supuesto fue muy beneficioso a nivel turístico. 22 hoteles más se crearon en la ciudad. Ahora hay un tejido cultural nuevo y una programación distinta. En materia escénica, exposiciones…». La receta del éxito es sencilla, según Cabero: «Lo importante es que hubo un consenso amplio y que los proyectos se mantuvieron. Además desde que se creó la figura, la ciudadanía estaba convencida», destaca.
En referencia al caso granadino, Cabero insiste en esto último y lanza un aviso a navegantes. «Es un plan estratégico de ciudad, es como hay que verlo. Un proyecto de este tipo se basa en una amplia implicación social. Si la ciudadanía no cree en él, no sale. Se trata del largo plazo. De dar un diagnóstico y aplicarlo en el tiempo. Más allá de los debates políticos más del día a día, lo fundamental es que se vea que se cree en el proyecto. Eso los expertos lo ven muy rápido».
Con todo, Cabero ve como amplia favorita a Granada, partiendo además con mejores condiciones de las que tenía Salamanca, aunque la competencia sea alta. «Ya pasó en 2016. Fue el país que más proyectos y de más calidad, todos ellos excelentes, generó en ese momento. La cuestión es que tiene que ser un proyecto de ciudad y eso es lo que el Ayuntamiento tiene que liderar. Granada está tiempo y reúne unas características fantásticas para llegar a ser una estupenda capital cultural. Su patrimonio, su historia, su prestigio son su aval. Lo tiene todo».