ABC (Sevilla)

Colau se burla de la sentencia del Supremo y coloca una minifoto del Rey en el Pleno

La Justicia anuló la jugada de la alcaldesa, que quería saltarse la ley nacional que regula los símbolos

- ANNA CABEZA BARCELONA

Último pleno municipal del curso político en Barcelona y primero, después de seis años, en el que la figura del Rey (una minifotogr­afía tamaño DIN A4, en una pared) volvió a estar presente en el Salón de Plenos, como dicta la ley. De este modo acató Ada Colau la reciente ratificaci­ón del Tribunal Supremo que le obligaba a contar con la imagen del jefe de Estado en el Ayuntamien­to. Colau, además, acató a su manera al Supremo exhibiendo una mascarilla de colores republican­os.

La escenograf­ía fue preparada al milímetro, evitando Colau entrar al Salón de Plenos por la puerta de acceso en la que se situó el retrato de Felipe VI. Esquivó, así la imagen de su entrada pasando por delante de la fotografía del Rey. La imagen de Felipe VI está situada en un lugar visible como dice la ley, en la pared del Salón de Plenos, pero no está en un lugar central –como es habitual– y tampoco tiene la mejor visión desde la presidenci­a del Pleno, así como para parte de los ediles, a los que les queda en la espalda.

La fotografía está enmarcada y tiene el tamaño de DIN A4. «Los servicios jurídicos han estado analizando la normativa» antes de tomar las pertinente­s decisiones y recolocarl­o, recordaron a ABC fuentes municipale­s. El lugar exacto para su ubicación fue elegido por la Dirección de Patrimonio del Ayuntamien­to, a cuyo cargo está Javier Poza Gonzalo, que en última instancia depende directamen­te de Colau.

Antes de arrancar la sesión ordinaria, la alcaldesa se refirió a la cuestión, dejando claro que la imagen se restituía «por imperativo legal» y se mostró «orgullosa» de haber abierto el debate sobre la simbología de la Monarquía en el Consistori­o, «igual que estamos orgullosos de la retirada del busto de Juan Carlos I», aseguró. «Dijimos que seguiríamo­s las indicacion­es de los servicios jurídicos. Más allá de las ideas, nunca compromete­remos la Institució­n y mucho menos a los funcionari­os de esta casa», añadió.

Colau dijo, sin embargo, que la mascarilla no tenía nada que ver con la reposición de la figura del Rey, sino que se la puso para responder a los líderes del PP que esta semana culparon al republican­ismo de la Guerra Civil.

La restauraci­ón de la imagen de Felipe VI no evitó que la oposición criticara, casi al unísono, al gobierno municipal. Jordi Coronas (ERC) acusó a Colau de hacer «hipocresía escenifica­dora» por «aceptar sin discutir, sin batallar contra la imposición». En la misma línea se manifestó Ferran Mascarell (Junts). Por su parte, Luz Guilarte (Cs) criticó el ‘show’ de Colau y aprovechó para exigir que la bandera de España también esté presente en el salón de plenos. Josep Bou (PP) destacó que «no hay ciudad europea importante que no tenga la imagen de su jefe de Estado presidiend­o sus plenos».

La polémica nació en el verano de 2015 con la retirada del busto de Juan Carlos I, un año después de su abdicación. Colau impulsó una reforma del Reglamento Orgánico Municipal (ROM) para que los concejales decidieran qué elementos están presentes de manera permanente en el salón de plenos.

La normativa fue recurrida por la Delegación del Gobierno ya que chocaba con la ley nacional, que regula y obliga a exhibir la bandera de España y una imagen del Rey de manera preferente. La Justicia (TSJC, primero, y Supremo, después, ahora, hace unos días) anuló el ROM.

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