La Casa Blanca ignora la visita de Pedro Sánchez y busca otros apoyos
EE.UU. se centrará en buscar una respuesta al castrismo en la ONU y la OEA
En unas circunstancias normales, la visita de un jefe de gobierno español a Estados Unidos en medio de un estallido a favor de la democracia y una ola represora en Cuba merecerían al menos una conversación bilateral. España ha sido al fin y al cabo una mediadora histórica ante el castrismo, y el propio Sánchez estuvo en la isla en 2018 y envió a los Reyes a una visita oficial a La Habana el año posterior. La Casa Blanca, sin embargo, no ve en este momento la utilidad de consensuar una postura común o emplear a Sánchez para pedir respeto a los derechos humanos.
Preguntado ayer por la visita de Sánchez y el papel de España en esta crisis, un alto funcionario de la Administración estadounidense se limitó a decir ayer que Biden no actuará de forma unilateral y que prioriza una colaboración activa «con la OEA, la ONU y otros socios internacionales no solo para condenar colectivamente las acciones del régimen autoritario cubano, sino también para apoyar las aspiraciones del pueblo cubano. Trabajaremos juntos para presionar al régimen para que libere de inmediato a los presos políticos detenidos injustamente, restablezca el acceso a internet y permita al pueblo cubano sus derechos fundamentales».
Contra el embargo
Este diario preguntó el miércoles al presidente del Gobierno español por sus posibles gestiones con el castrismo durante una conversación con periodistas en la oficina económica y comercial de España en Nueva York. Sánchez dijo que este viaje no está pensado para tratar asuntos políticos o diplomáticos, sino comerciales y de inversión. Especificó que
La ministra española de Industria se quejó de los efectos del embargo en reuniones que tuvo esta semana en Washington
no ha ofrecido ningún tipo de mediación a la Casa Blanca con respecto a la crisis cubana.
El presidente del Gobierno dijo que España es un país clave en Iberoamérica, y que cree que debe tener un papel en el debate sobre las reformas en cuanto a derechos y libertades, pero no dio más detalles. Aun así, relacionó la crisis en Cuba, y esta oleada de protestas, con los efectos que la pandemia de coronavirus ha tenido en el sector turístico. Sánchez sí fue muy claro en que se opone al embargo a Cuba, endurecido por Donald Trump hasta el punto de poner en peligro las operaciones de empresas españolas en la isla, como Meliá. El presidente del Gobierno dijo que tanto PSOE como PP, cuando han gobernado, se han opuesto al embargo, que ve contraproducente.
«No es la solución»
Antes de este viaje a Nueva York, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, intercedió por las empresas españolas que hacen negocios en Cuba en una serie de reuniones bilaterales que mantuvo con sus homólogos en Washington. Según ella misma dijo en una conversación con la prensa en la embajada española en Washington, Maroto le trasladó a la Administración Biden que la parte del embargo que activó Donald Trump en 2019 «no es la solución a los problemas que hay en Cuba».
La propia Casa Blanca ha sido muy clara pidiendo la cooperación de sus socios en la crisis cubana. Según dijo el departamento de Estado en un comunicado, en el que detallaba esta semana sus prioridades: «La Administración sigue estando profundamente consternada por el bienestar de cientos de manifestantes que han sido detenidos injustamente o desaparecidos por el mero hecho de exigir el reconocimiento de sus derechos más fundamentales. El presidente sigue instando a que se libere de manera inmediata a todos los manifestantes pacíficos que fueron detenidos injustamente. La Administración también está colaborando de manera activa con la Organización de los Estados Americanos (OEA), las Naciones Unidas y nuestros socios internacionales para condenar de manera colectiva la violencia y la represión contra el pueblo cubano por reclamar libertad».