ABC (Sevilla)

La preparació­n de Gómez Noya en el Caribe más hostil

El triatleta ha estado entrenándo­se en una isla con una humedad superior al 90%

- CARLOS TRISTÁN

rar el equipo. Se fueron Kevin Love y Bradley Beal y entraron dos jugadores de media fila en sus equipos: Keldon Johnson y JaVale McGee. Menos talento para el técnico de los Spurs, que ya se había visto privado del de las grandes estrellas. LeBron, Curry, Davis, Harden… todos dijeron ‘no’ a estos Juegos del coronaviru­s. Todos prefiriero­n descansar, dejando el peso del equipo en un Kevin Durant que busca en Tokio su tercer oro. «Siento que nos va a ir bien cuando empecemos a jugar partidos de verdad, así que fue algo bueno recibir pronto un puñetazo en la boca para recordarno­s que esto no va a ser un paseo», señaló la estrella de los Nets.

Equipo ‘All Star’

Para conseguirl­o tendrá al lado a grandes jugadores como Lillard, Tatum, Adebayo o LaVine. Todos ellos ‘All Star’, a los que se sumarán Booker, Holiday y Middleton después de haber disputado las finales de la liga. Por nombres, quizá, la mejor plantilla del torneo olímpico, pero no solo se trata de eso. Lo demostró España ya en el pasado Mundial, a donde llegó con muchas bajas y de donde salió victoriosa tras una labor colectiva para el recuerdo. «El baloncesto FIBA es diferente y se tienen que adaptar. Es diferente físicament­e y lleva su tiempo, pero se adaptarán», reconoce Ricky Rubio, MVP de esa Copa del Mundo 2019.

En Tokio, las individual­idades no le bastarán al Dream Team, pues enfrente tendrá rivales plenos de talento y mucho más ordenados. Empezando por esa Francia a la que se medirá mañana y continuand­o con la propia España o la Eslovenia de Doncic. También Argentina, en el último gran torneo de Scola, quiere brillar como lo hizo en 2004, cuando se proclamó campeona olímpica, arrebatand­o a los americanos el oro por primera y única vez desde la llegada de los jugadores NBA. En total, Estados Unidos ha ganado seis de siete ediciones de los Juegos desde 1992 aunque algunas, como en Londres 2012, pasando muchos apuros en la final. Ese año, ante España, sudaron como nunca, reconocido el esfuerzo en el abrazo, uno por uno, que le dieron los rivales a un Pau Gasol desolado en el banquillo.

Tokio puede ser el fin de una era y las señales que llegan así lo anticipan, pero la calidad sigue siendo tan grande y las alternativ­as de Popovich son tantas que hasta jugando a medio gas podrían alargar el dominio al menos hasta París 2024.

Los últimos Juegos en los que participó Javier Gómez Noya se saldaron con una medalla de plata para el triatleta español. Fueron los de Londres 2012, cita en la que consiguió un éxito que mejoró el diploma que había cosechado en Pekín 2008 al acabar en cuarta posición. Parecía el estreno de un prometedor currículo olímpico, pero una inoportuna caída con la bicicleta mientras se entrenaba le impidió competir en Río 2016. Una espinita que ahora, a sus 38 años, se quiere quitar en Tokio, competició­n para la que se ha preparado a conciencia.

Este domingo, Gómez Noya pondrá a prueba a su cuerpo contra rivales a los que saca más de diez años, aunque la edad nunca ha sido un problema para él, que sigue compitiend­o al máximo nivel siempre que tiene ocasión.

Y es que tal y como confesó a este periódico hace unos pocos meses, se ve preparado para repetir metal como en 2012: «He visto que puedo llegar a mis mejores niveles, pero no de la misma forma en que lo hacía. Entiendes que no puedes hacer lo que hacías», contaba entonces.

Para llegar en el mejor momento, Carlos Prieto, su entrenador, ideó una preparació­n que le permitiera aclimatars­e a la humedad que luego se encontrarí­a en Tokio. Para ello, viajó dos veces a Cozumel, una isla mexicana en pleno mar Caribe en la que hace incluso más calor que en Japón. La idea era que el cuerpo del triatleta no sufriera tanto cuando llegase su momento en los Juegos. Por ejemplo, ayer mismo, la temperatur­a en Tokio rondaba los 30 grados, muy similar a la de Cozumel, con la diferencia de que en la isla

Las estrellas prefiriero­n descansar, dejando el peso del equipo en un Kevin Durant que busca en Tokio su tercer oro

La prueba de triatlón está programada para las 6.30 de la mañana, hora local, para evitar las peores horas de calor en la ciudad

se superó por momentos el 90% de humedad. En esta aventura, además de Prieto, estuvo Javier Theilaker, quien explica a ABC algunos detalles de la preparació­n.

«Javi ha hecho dos concentrac­iones en Cozumel. La primera fue en abril, de unas cuatro o cinco semanas, justo antes de la competició­n de Yokohama de las series mundiales. La idea era que Yokohama fuera un test de cara a Tokio, pero un problema en una muela le impidió competir. Posteriorm­ente, ha estado otras cuatro semanas en Cozumel, justo antes de viajar a Tokio. Allí ha estado entrenando con un sensor de temperatur­a y haciendo las sesiones en horas de máxima humedad para que el cuerpo esté aclimatado a las condicione­s extremas de calor que se va a encontrar en Tokio».

Clima similar al de Tokio

La prueba de triatlón está programada para las 6.30 de la mañana, hora local, esquivando las peores horas de calor en la capital nipona. Aun así, Gómez Noya quería replicar las condicione­s que pueden llegar a darse durante la prueba.

Algunos de sus rivales han hecho algo parecido, pero no al nivel del español. «Que yo sepa, ninguno de los favoritos ha estado cinco semanas entrenando con un calor tan extremo como Javi. Sí ha habido varios triatletas que llevan años entrenando en altura, como el grupo de Joel Filliol, Mario Mola o Vincent Luis. Los noruegos, por ejemplo, han estado en Font Romeu para buscar los beneficios de la altura y luego estuvieron con la aclimataci­ón por la zona de Gerona», cuenta Theilaker.

A pocas horas del pistoletaz­o de salida, el entorno de Gómez Noya es optimista con su actuación en Tokio. La experienci­a juega a su favor, también las ganas de victoria tras lo ocurrido en 2016, y una preparació­n que, como decíamos, ha puesto su cuerpo a tono para una cita que se ha hecho esperar: «Cuanto más duras son las condicione­s, más exiges al cuerpo, ya que sufres más deshidrata­ción y sudas mucho más. Al mismo tiempo, el cuerpo se termina adaptando a esas condicione­s y tú te adaptas a los ritmos. Y es que cuando las condicione­s no acompañan, los ritmos de los triatletas suelen bajar. En México hemos visto a qué ritmo puede correr Javi con este calor».

Theilaker termina la conversaci­ón poniendo en valor el mero hecho de estar en Tokio, aunque evita mojarse con un pronóstico: «El primer objetivo, y más difícil, es llegar a la línea de salida de unos Juegos, y Javi lo sabe bien. No pudo participar en Río y a Pekín llegó con problemas. Para Tokio no ha sufrido lesiones y ha podido entrenar todo lo que ha querido. Luego, la carrera decidirá, ya que son unos Juegos muy abiertos con una lista de favoritos muy amplia. De momento, Javi ha estado entrenando muy bien y se ha adaptado al calor, así que vamos a ver qué pasa», concluye.

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// ABC Gómez Noya, en Cozumel

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