ABC (Sevilla)

El lento avance de una negociació­n muy condiciona­da

El traspaso de Bryan da pequeños pasos por las múltiples gestiones del Tottenham

- J. PAREJO LAGOS

importante para los ingresos que se puedan obtener por ventas de abonos, entradas y productos que se consumen en sus recintos.

Mientras, Lopetegui no tiene más que hacer que centrarse en trabajar con lo que tiene, que no es malo tal y como demostró la plantilla sevillista la pasada temporada. El equipo tendrá dobles sesiones en Lagos con la mente puesta en el primer duelo de pretempora­da que tendrá en Portugal, nada menos que ante el PSG, duelo que fue confirmado finalmente por el club de Nervión y que se disputará en el estadio del Algarve a puerta cerrada. Y es que no ha sido nada fácil cerrar el partido ante los parisinos por el protocolo Covid y la situación de la pandemia en el sur de Portugal, donde hay establecid­o un toque de queda a partir de las 23 horas en la mayoría de pueblos del Algarve luso. Este mismo asunto está complicand­o también anunciar públicamen­te el que sería segundo amistoso del Sevilla en este stage, ante la Roma de Mourinho. El club trabaja junto al club italiano para poder fijar fecha, hora y recinto y así cerrar una pretempora­da de partidos exigente con el PSG, la Roma y el Aston Villa.

El traspaso de Bryan Gil debe ser el pistoletaz­o de salida a los movimiento­s de jugadores en el Sevilla, especialme­nte en materia de entradas, ya que las salidas no dependen tanto de esta venta. Lo cierto es que para que se dé por cerrada la operación restán aun algunos días ya que el Tottenham y el conjunto sevillista siguen dirimiendo matices de una negociació­n que no es nada fácil y que implica a dos jugadores: Bryan Gil y Erik Lamela. En el conjunto de Nervión reconocían que se han dado algunos pasos adelante pero que la negociació­n va lenta. El acuerdo base está cerrado, y es el que lleva a Bryan Gil al conjunto londinense por 25 millones de euros más alguna variable (que está en negociació­n) y a Erik Lamela a Nervión, como parte del pago del traspaso del barbateño.

Lo cierto es que el Tottenham está siendo un interlocut­or complejo de tener a tiempo completo en este momento por cuanto el director de fútbol, Fabio Paratici, está en estos momentos intentando sacar adelante varias operacione­s a la vez para darle una vuelta al proyecto del equipo inglés, que este año tendrá a Nuno Espirito Santo al frente del banquillo. En estos días han cerrado la cesion del portero de la Atalanta Gollini, andan en conversaci­ones con el mismo conjunto de Bérgamo para el traspaso del central Cristian Romero, interactúa­n con el Sevilla para la compra de Bryan Gil y, lo que es más importante y está acaparando todas las atenciones, andan inmersos en el traspaso de Harry Kane, símbolo y referente del club y venta que le puede reportar muchos millones y varios jugadores procedente­s del Manchester City. Esa operación, por la envergadur­a y la importanci­a deportiva de la misma, tiene al resto en un avance pausado que provoca el retraso en un acuerdo definitivo.

Así, en el Sevilla están tranquilos porque las negociacio­nes acaben llegando a buen puerto y puedan al fin anunciar una cara nueva, que en este caso sería la llegada de un Erik Lamela por el que hay un acuerdo por tres temporadas y que vendría a hacerle competenci­a a Suso en la banda derecha del esquema de Julen Lopetegui. Bryan Gil, mientras, sigue concentrad­o con la selección olímpica española de fútbol para el próximo partido que deben afrontar ante Australia mañana domingo, y en el que los españoles se juegan gran parte de sus opciones de clasificac­ión ante un equipo que llega motivado tras ganar a Argentina en la primera jornada.

DONDE hay que firmar? El traspaso de Bryan Gil al Tottenham por 25 millones de euros y la propina de Lamela, digo. No ya porque me parezca una gran operación económica, que lo es, sino porque estoy convencido de que con Julen Lopetegui iba a jugar poco y su devaluació­n sería imparable. Al barbateño sólo se le saca partido si se le anima a encarar al rival nada más recibir el balón y buscar la cal de la línea de fondo o el tuya-mía con un compañero. Tenerlo retrasando la pelota a la defensa o jugándola en horizontal o frenando el contragolp­e por no tener quien lo acompañe es un desperdici­o. Nada hace pensar que el fútbol del Sevilla esta temporada sea distinto al de la pasada, con primeros tiempos de control del balón sin arriesgarl­o lo más mínimo y segundos con más intensidad, pero sin pasarse. De revulsivo no tenía pinta de pasar.

No sé quién es más melón por calar, si Bryan Gil para el fútbol de élite o Lopetegui para apostar por la cantera. El delantero no deja de ser un valor de futuro que tiene pendiente la reválida de la alta competició­n –no es igual jugar en el Leganés o el Éibar una vez por semana y sin más presión que la superviven­cia en Primera, que hacerlo cada tres días y por objetivos muy caros en la Liga (o en la Premier) y en Europay el entrenador debe demostrar aún que sabe rentabiliz­ar en el campo la que se autodefine -muy de boquilla en los últimos tiempos, por ciertocomo una de las mejores canteras de España y que ahora mismo, deportivam­ente, sólo sirve, a lo más, para hacer bulto.

El dinero que se perciba por Bryan quitará presión a la tesorería para cumplir con la LFP, permitirá fichar, reforzará la postura del club ante ofertas por otros jugadores e incluso, quién sabe, puede que asegure el reparto de dividendos de los accionista­s llegado el momento, que en todo hay que pensar. En unos tiempos como los actuales sin movimiento­s de mercado por falta de dinero, una oferta como la del Tottenham por un jugador que no deja de ser una incógnita en el fútbol de alto nivel resulta irrechazab­le. Es lo que hay.

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// EP Bryan Gil, en el partido de España ante Egipto en los Juegos Olímpicos
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