¿Sanz contra Muñoz?
El preferido de Espadas es el delegado de Hábitat Urbano. Podría haber un duelo de ‘gestores’ en las urnas
la vuelta del verano asistiremos a un carrusel de cambios en Sevilla. Espadas repite obstinadamente que continuará compaginando la Alcaldía con la candidatura del PSOE a la Junta de Andalucía, pero en septiembre hará cambios para poner fin al litigio interno que se está viviendo en el gobierno local entre Antonio Muñoz y Juan Carlos Cabrera. Este conflicto se ha convertido, de hecho, en lo más interesante de la política local en el último año. Hay ya incluso debates en los mostradores de las tabernas acerca de quién es el mejor para la sucesión. Y en todos los mentideros se acaba incurriendo en la eterna discusión de las dos ‘Sevillas’. Los ‘cabreristas’ descartan a Muñoz porque no es cofrade ni feriante, no sabe cómo se llaman las hermandades, ni conoce a ningún hermano mayor, ni es socio de ninguna caseta... Y de paso, recuerdan que ha pegado un petardo con los toldos. Por contra, los ‘muñozistas’ eliminan a Cabrera de las quinielas porque no sabe gestionar, ignora todo lo que tenga que ver con las vanguardias, no está capacitado para dirigir algo tan técnico como el Urbanismo... Y de paso, recuerdan
Aque está pillado con el lío del bar al que mandó a la Policía Local porque no le dieron mesa a su familia. Es decir, uno no domina el costumbrismo y el otro no controla la modernidad.
Hasta hace unos días, este debate no pasaba de ahí, pero el paso adelante de José Luis Sanz como candidato del PP lo va a precipitar todo. El PSOE tiene un problema porque Sanz es las dos cosas a la vez, buen gestor y buen conocedor de la Sevilla tradicional. Es cofrade, feriante, abierto a las nuevas tendencias, riguroso... El único de todo el abanico que cumple la máxima política de personaje amable es Cabrera. Ni Muñoz ni Sanz son lo que se dice la alegría de la huerta. Pero Espadas lo tiene claro. Su predilecto es el delegado de Hábitat Urbano por dos razones. La primera es que la tercera vía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que está loco por la música aunque lo niegue públicamente, no le parece fiable, aunque también reúne las dos caras. Y la segunda es que considera que es más sencillo para Muñoz integrarse en el costumbrismo que para Cabrera orientarse en todo lo demás. Es muy probable, por tanto, que el duelo en las urnas sea de tecnócratas. Antonio Muñoz es un político de acción rápida, no es creyente ni aparentará serlo, pero sí es muy tolerante y puede introducirse en el mundo de las cofradías sin problema. Sin embargo, ahí se encontrará con el escollo de Cabrera, que es muy querido y respetado en las hermandades. No es fácil comerle ese terreno y tampoco será sencillo poner fin a la disputa aunque Espadas señale a uno de los dos porque están ya demasiado metidos en faena. Ese problema se ha enquistado y el alcalde tiene que resolverlo antes de irse si no quiere dejarle a José Luis Sanz todo el terreno de juego libre. En principio, su idea es reformar el gobierno en septiembre y darle galones a Muñoz para contrarrestar el anuncio oficial del candidato del PP. Pero hablamos de política. Esto es lo que se baraja hoy. Mañana puede ser lo contrario.