Un pacto educativo, clave para luchar contra el paro
se le espera. Otra puede ser Fomento, y Hacienda, que está encerrada en Torretriana con una calculadora descontextualizada.
–¿Con cuáles son más fluidas las relaciones?
–C.C.: Con Empleo, con Salud y Presidencia, hay hilo directo. Echamos en falta esa atención por parte del vicepresidente. Todo lo contrario del presidente, cuya actitud quiero poner en valor porque es de justicia. Creo que él sí se cree el diálogo social y ha tirado mucho de sus consejerías para que tengan en cuenta la parte que representamos y que recoge la Constitución.
–¿La dependencia política lastra la credibilidad de los sindicatos?
-C.C.: Yo llegué a UGT en 2014 y opino de mi época. Hay que ser independientes. Los sindicatos somos organizaciones que tenemos nuestra propia ideología pero debemos ser independientes. Nosotros vivimos de nuestras cuotas y eso es constatable.
–N.L.: CC.OO. siempre ha sido autónomo e independiente. Nuestros orígenes son los que son pero firmamos acuerdos en todos lo ámbitos. Tenemos 157.000 personas afiliadas cotizantes que pagan su cuota y vivimos en un 95 por ciento de recursos propios. Autonomía e independencia no quiere decir que no tengamos nuestros valores, nuestra forma de pensar, pero nos debemos a nuestros afiliados y afiliadas y a los trabajadores y trabajadoras. Y lo que digan los partidos políticos allá ellos con sus cosas.
–Duele comprobar como año tras años no cambia la situación de los barrios más pobres que siguen siendo andaluces. ¿Los subsidios sin reformas estructurales son perversos? –C.C.: Hace falta una reforma estructural y potente. Es importante que las personas que viven en esos barrios puedan llegar a final de mes y eso tiene que asegurarse mediante la protección del Estado. La pandemia ha agravado las tasas de exclusión social. Es cierto que necesitamos una reforma de todo a la vista de que los datos se repiten constantemente. Hay que darle salida a esos barrios. Habrá que invertir y cambiar pero no podemos permitir que quienes allí viven se queden sin recursos. La pobreza viene de ese 50 por ciento de parados de larga duración sin salida laboral. Urgen cambios en las políticas activas de empleo. Necesitamos una reflexión profunda de qué está ocurriendo para que tengamos esas bolsas de pobreza a pesar de las medidas que se toman. El diagnóstico está hecho pero parece que nos equivocamos en el tratamiento y eso perpetua la enfermedad.
–N.L.: Pero no podemos castigar y condenar a quien sufre el paro, la precariedad y la pobreza y por eso son necesarias las ayudas a las personas que más lo necesitan. No podemos abordar el problema yendo a la brocha gorda hay que ir a lo nuclear que es generar empleo digno en esos barrios. Hay que tener sistemas de protección social fuertes. Quizás lo que hay es que apuntar a los problemas de raíz, que necesitamos una estructura productiva en Andalucía
Nuria López y Carmen Castilla coinciden cuando se les plantea si el problema del empleo hay que encararlo desde la educación. «La Educación es fundamental para cambiar ese 51 por ciento de tasa de desempleo juvenil que es gravísima. Hay que apostar por una ley de Formación Profesional que tenga la suficiente fortaleza para esos nuevos nichos de empleo que se van a crear», explica Castilla. «El sistema educativo en todos sus niveles es una fuente de oportunidades, igualdad y mejora de las condiciones de vida. También se ha convertido en un motor social, por eso es necesario que haya un pacto que supere a quien tenga que gobernar en cada momento», añade López.
que dé trabajo al millar de personas que quieren trabajar y no pueden hacerlo. La pobreza infantil, la energética, o como quiera calificarse la pobreza, se soluciona con trabajo y con derechos, lo demás son fuegos de artificio. –¿El ‘low cost’ es la estafa del siglo? –C.C.: De algún lado se tienen que sacar beneficios y desgraciadamente siempre salen del lado del salario de los trabajadores.
–N.L.: Pienso que la globalización en sí misma no es mala. Lo es cuando no lleva mecanismos de control y corrección de los mercados. Eso de que los mercados se regulan solos hemos visto que no es cierto. El problema del low cost es que no se ha logrado gracias a una innovación tecnológica sino sobre el abaratamiento de costes y se ha hecho a costa de machacar literalmente a los trabajadores. Da igual en el sector que sea, desde transporte a peluquerías.
–¿Están interesadas en el turismo espacial?
–C.C.: Me parece esperpéntico. Yo no sé si la pandemia ha acelerado esta excentricidad de los ricos. Es el reflejo más evidente de la desigualdad en este tiempo de pandemia. Un reflejo de la condición humana.
–Dicen que aportan a la ciencia y es la semilla de una futura industria turística espacial...
–N.L.: Comparto que es una extravagancia en medio de una pandemia con una economía paralizada. Se permiten el lujo de hacer su carrera espacial personal con recursos que en parte proceden de la explotación de sus trabajadores. El espacio no puede ser una cosa privada. Reivindico el papel de los gobiernos para la protección del entorno. Ya hemos destrozado este planeta para que ahora vayan a por el espacio.
Vea el vídeo del encuentro en abcdesevilla.es