Espadas te escucha
«Susana Díaz ponía cara de oír, pero no iba más allá; y así en cascada»
L PSOE andaluz ya tiene nuevo líder. Del todo. Además de candidato a la Junta, después de barrer a Susana Díaz en primarias, este viernes Juan Espadas fue entronizado como secretario general, culminando un traspaso de poderes que ha sido veloz y mucho menos traumático de lo que muchos pensaban. Diríamos que ejemplar, si no fuese tan poco ejemplo para la sociedad que a los depuestos sea necesario buscarles un carguito con sueldo público en lugar de demostrar que, oyes, son capaces de buscarse las habichuelas afuera de la política cuando se ve que ya no los quieren. Pero esto, claro, sería demasiado pedir.
La primera medida adoptada por el aún alcalde de Sevilla ha sido configurar un nuevo equipo, una suerte de ejecutiva paralela, dado que a la que ha tenido la suerte de heredar le pinchas y suelta «Susana buena» o, aún peor, alguno de esos lemas cursis de Mrs Wonderful que lucía en las floridas camisetas de su frustrada campaña. Y es que Espadas tendrá que esperar a la celebración del congreso regional, ya en otoño, para que su dirección deje de ser ‘fantasma’, dicho sea con todos los respetos.
A su nueva corte le ha dado una orden. Algo que lleva machaconamente diciendo en los últimos meses. ¿Desratizadores? En absoluto. Tampoco se trata de las habituales consignas de un político en la oposición: nada de morder para recuperar el poder o asfixiar políticamente al adversario (eso vendrá luego). No. Les ha pedido que «escuchen a la sociedad»; que practiquen la «escucha activa», lo que parece gastado lema de entrenador de actitudes vitales pero es aptitud que viene muy bien en la vida.
Identificar los problemas propios es el primer paso para superarlos. Susana Díaz ponía cara de oír, pero no iba más allá; y así en cascada. Por eso terminó el PSOE donde acabó y nunca pensasteis. Ocurre que quizás la sociedad andaluza le diga ahora a los socialistas determinadas cosas. Y puede que terminen por no gustarle demasiado no ya a Espadas, al que se tiene por gestor moderado, sino a su señorito y principal responsable de su liderazgo. Habrá que ver si entonces el nuevo líder, además de escuchar, sabe hacerse oír.
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