Sánchez anuncia en rueda de prensa que no llamará a Casado para abordar la reforma del Consejo General del Poder Judicial
en ningún acuerdo concreto. La más relevante, con Tim Cook, director ejecutivo de Apple, culminó con Sánchez diciendo que la razón por la que había viajado más de 9.000 kilómetros con un nutrido séquito era para decirle al primero que «esta es una gran oportunidad para invertir en España».
No pudo escapar Sánchez de la política nacional, en especial porque iba acompañado de periodistas llegados de España que le recordaban a cada paso las crisis que tiene abiertas en casa e impedían que saliera por la vertiente puramente propagandística.
Aun así, la gran mayoría de sus actos fueron cerrados a la prensa, en un tipo de cobertura calificada por su equipo de oficial pero que significa, simple y llanamente, lejos del alcance de los reporteros y filtrada por sus portavoces. Al encuentro con Apple, por ejemplo, no se permitió acceder a la prensa, y todo lo que se sabe de él es por lo que dijeron los portavoces del presidente, que facilitaron dos fotografías del mandatario y el ejecutivo.
Una de esas crisis es la de la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Sánchez anunció que no va a llamar a Casado para desatascarla. «Si me pregunta qué medida voy a tomar, simplemente: recordar, recordar y recordar a la oposición que tiene que cumplir con la Constitución, porque lo importante es reforzar las instituciones para el correcto funcionamiento de nuestras instituciones», dijo en referencia también al Tribunal Constitucional, el de Cuentas y el Defensor del Pueblo, tal y como recogen las agencias antes mencionadas.
No hubo tampoco sorpresa, y Sánchez no viajó a Washington ni tuvo contacto alguno con la Casa Blanca, a pesar de varios temas pendientes de gran relevancia, como la crisis en Cuba por la represión de los manifestantes que piden democracia.
Sánchez trató de que cundiera la idea de que esta falta de contacto con Biden es decisión suya. «Hay que hacer una reflexión. Hemos venido a EE.UU. a hablar bien de España, a situar a España en el radar de muchas de las potenciales inversiones, que grandes corporaciones digitales, energéticas y fondos de inversión puedan situarse en España para participar de manera activa en el proceso modernización de nuestra economía», dijo el presidente del Gobierno, aunque su equipo no fue capaz de detallar qué acuerdos concretos están en marcha.
Su próxima visita a Estados Unidos será con toda probabilidad en la Asamblea General de la ONU en septiembre.