El papagayo de Castells

Delegar en internet la memoria es fusilar la memoria. Una cosa es la

hemeroteca, y otra cosa el conocimiento, que queda desde

siempre en uno mismo

L ministro Castells acaba de abrochar que importa antes internet que la memoria. Lo incluye en su anteproyecto de ley. De manera que va antes wikipedia que un tomo de alianza editorial, estante historia, estante literatura. Nos pilla ya un poco de vuelta el susto, porque eso mismo ya lo había anticipado hace días este periódico, con lo que la sonora primicia tenía además un carácter preventivo. Así, Castells nos ha cogido con el disgusto ya cumplido, gracias a la alerta de ABC, pero en el disgusto se ha asegundado, el hombre, que no es dado a repetirse, por cierto, porque en público habla entre poco y nada. Casi parece un ministro de Cultura.

Decía el actor Walter Matthau que la mejor manera de sostener un matrimonio pasa por no dirigirse la palabra. Castells, que no sé si conoce la máxima de Matthau, sí la viene aplicando en su matrimonio con la afición, a la que le habla de semestre en semestre, y en párrafo corto, porque para párrafo largo ya queda el borrador de ley, que es donde se incluye lo que aquí glosamos, y muchas otras cosas.

Inquieta que un ministro con larga brega en las aulas de vitola, y en la calle planetaria, como Castells, sostenga que internet es la memoria mejor, porque bajo este credo nos quedamos sin memoria. Y no tener memoria no es sólo no tener la maravilla del recuerdo sino no tener la molécula de la imaginación. Este afán por aupar internet, ante la memoria, para la formación de alumnos, no es un asunto de novedad en Castells, porque en su día ya adelantó que el ejercicio de memoria es anticuado, mayormente porque la información está en internet. Se le olvidó decir que ahí también está la desinformación, y la jarana, y la tontuna y toda la pesca esa de las redes y los enterados de la redes, que no suelen estar enterados de nada.

Delegar en internet la memoria es fusilar la memoria. Una cosa es la hemeroteca, y otra cosa el conocimiento, que queda desde siempre en uno mismo. Claro que hay que ejercitar la memoria, porque no hacerlo es prepararse en el horizonte un proyecto de inválido, e ir para pobre, en la tesorería, y en la tesorería interior, que aún es más grave. Insistió Castells en que no hay que «repetir como papagayos».

Esta fórmula de recurrir a la repetición de papagayo es fórmula muy remota, entre enseñantes, y delata facilidad para el tópico, y falta de fantasía, o sea, de memoria propiamente dicha. Tampoco la esperábamos en hombre de veteranía de oro en Oxford, o Cambrigde, como Castells, pero ahí está. Ahora, de papagayo ha reincidido él mismo, porque entre internet y la memoria, dice que sirve mejor internet. Irá en la ley. Que es como decir que ilustración universitaria tiene máster en google.

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