Biden: «Es una violación grosera de un derecho constitucional»
Una ley muy restrictiva frente a la interrupción voluntaria del embarazo ha entrado en vigor en Texas (EE.UU.) después de que el Tribunal Supremo no tomara una decisión sobre la misma antes de que se cumpliera el plazo en la medianoche del miércoles al jueves.
Es una de las leyes conocidas como de ‘latido del corazón’ y prohíbe que se practiquen abortos si se pueden detectar el latido en el feto, lo que ocurre hacia las seis semanas de gestación. Es decir, en la práctica prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo pasado ese tiempo, excepto en situaciones de emergencia médica. La norma no incluye excepciones para casos de violación o incesto.
El Supremo, de mayoría conservadora, no actuó a tiempo ante el requerimiento de clínicas abortistas y activistas del derecho del aborto para que bloqueara la entrada en vigor de la norma.
El tribunal tiene todavía esa decisión pendiente, pero de momento la norma ha entrado en vigor, lo que significa una sacudida importante para los defensores del derecho al aborto y para las mujeres del estado –el segundo más poblado del país– que deseen interrumpir el embarazo.
Cierre de las clínicas
Según el escrito que las clínicas abortistas enviaron al Supremo, la ley «reducirá de forma inmediata y catastrófica el acceso al aborto en Texas». Según sus estimaciones, entre el 85 y el 90% de las mujeres que se someten a un aborto en el estado están en un tiempo de gestación superior a las seis semanas. En su opinión, la ley «forzará a muchas clínicas a cerrar» y a muchas mujeres a viajar a otros estados si desean interrumpir su embarazo.
La ley de Texas –aprobada la pasada primavera por su asamblea legislativa y ratificada por su gobernador, Greg Abbott– es una de las muchas que han sido impulsadas en los últimos años por estados dominados por los republicanos y que están pendientes de que el Supremo las valide.
El Alto Tribunal tratará a partir del mes de octubre la constitucionalidad de una ley de Misisipí que prohíbe los abortos tras quince semanas de gestación. Esa será la primera gran batalla legal para la supervivencia de ‘Roe vs. Wade’, la sentencia del Supremo de 1973 que estableció el derecho al aborto y que fue seguida por otra jurisprudencia del tribunal que establece
Joe Biden no dejó pasar ayer la oportunidad de referirse a la norma restrictiva con el aborto aprobada en Texas. «Esta ley extrema es una violación grosera del derecho constitucional establecido por ‘Roe vs. Wade’», dijo sobre la sentencia del Supremo de 1973 que estableció el derecho al aborto. El presidente de EE.UU. aseguró que su Administración «protegerá y defenderá ese derecho». Los provida reaccionaron con satisfacción. Para Cheney Youman, directora de la Human Coalition Action, aseguró que Texas se convierte en «el primer Estado que protege a los más vulnerables, los no nacidos». que los Estados no pueden imponer «límites inapropiados» para la interrupción del embarazo antes de que el feto sea viable, es decir, entre la semana 22 y la 24 de gestación.
La ley aprobada en Texas incluye un mecanismo que dificulta el bloqueo por parte del Supremo: en lugar de obligar a las autoridades que vigilen su cumplimiento, permite a los ciudadanos que demanden a todo aquel que realice un aborto o asista de alguna manera decisiva en su ejecución. Dos de las principales redes que realizan abortos, Planned Parenthood y Whole Woman’s Health, han asegurado que dejarán de ejecutar procedimientos en gestaciones de más de seis semanas hasta que se pronuncie el Supremo al respecto.
Según la nueva norma se puede demandar a toda persona que asista a la paciente en el aborto, que, en una interpretación amplia de la ley, podría incluir desde familiares hasta el taxista que lleve a la mujer a la clínica. Los demandantes no necesitan tener ninguna relación con la persona a la que demandan, ni justificar ningún perjuicio propio, y pueden obtener diez mil dólares como compensación, además de las costas, si ganan el caso. Los demandados no tienen derecho a costas incluso si ganan.