Los cien montaditos
social del artista y su revalorización, aspectos estos que vienen a avalar la existencia de una línea de ayudas orientadas a fomentar la movilidad internacional de los autores literarios».
Alejado del concepto de ‘millones a fondo perdido’, Bruselas ha impuesto a España un seguimiento muy detallado y estricto de las inversiones que se financien con el dinero europeo. La Comisión ha reclamado al Gobierno que el plan de reformas se estructure con un grado de detalle tal que permita después un proceso ágil de auditoría que permita verificar que las ayudas llegan a buen puerto y sirven para reflotar la economía española. Las amenazas de cortar el grifo no van a desaparecer.
La magnitud del volumen de ayudas preparadas por la Unión Europea, 140.000 millones en total, que multiplican por cuatro las inyectadas el último lustro, y los problemas mostrados en España para asumir la última hornada de fondos comunitarios generan desconfianza respecto a la capacidad de digestión del dinero. Numerosas fuentes empresariales consultadas por ABC insisten en denunciar la «opacidad» y la «falta de transparencia» en la gestión, que acapara el Gobierno. El miedo a que se reproduzca el «Plan E» de Zapatero no desaparece.
Muchos envidiarán a la escudería agraciada con el billete de 10.000 euros en
el tren literario de Iceta
ue la izquierda militante está perdiendo influencia en el mundo cultural es uno de los motivos más claros de este reparto de fondos europeos, nominales, para cien autores literarios «de al menos una obra» (porque si para rector no vale catedrático, para el ‘erasmus’ de Sánchez basta un libro). Los cien montaditos, la escudería española agraciada con este billete de 10.000 euros para el tren literario de Iceta, tirará de los fondos Next Generation UE, para temas ambientales y de digitalización.
Con la que está cayendo, no queda claro cómo se amolda esta iniciativa a la recuperación, transformación y resiliencia del proyecto, porque de lo que se habla aquí es de «crecimiento personal», «reflexión artística» y de «figura social del artista». ¿A cuántos escritores, traductores o ilustradores les pilló leyendo el BOE la aparición de esta orden ministerial el 12 de agosto?
Hay otra clave de cierta urgencia, la que impele al Gobierno a cumplir el máximo gasto posible de fondos europeos antes de finales de 2023, en parte para apurar el rédito electoral de las medidas y en parte para acelerar su efecto económico. Aquí es más lo primero. Y está por ver si la iniciativa recibirá el respaldo de los controladores de la UE.
Las industrias culturales sienten ante el reparto de los fondos europeos un temor asiático porque la Administración está creando un cuello de botella en la gestión de los proyectos. Está en cuestión la viabilidad administrativa de muchos de ellos, en particular los que precisan de un concurso público para licitar algún contrato, cuestión que se demora entre 10 meses y un año. Se echa en falta la reforma de la ley de contratación pública que quedó en la cuneta.
Internacionalizar la cultura no es pagar un billete. ¿Qué proyección real de grandes proyectos literarios surgirá de los cien montaditos? Puestos a viajar con ‘Next Generation’, alguno preferirá la de Star Trek, que capitaneaba con el mismo título el comandante Jean Luc Picard a bordo del Enterprise a finales de los ochenta. Al menos en aquel futuro no subía tanto la luz. Ahora ‘live long and prosper’ con 10.000 euros durante dos meses, a cuerpo de rey.
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