«El PP incumplió promesas en 2011, eso no puede volver a pasar»

China expande su influencia política y económica por los cinco continentes

Son casi 400 las víctimas reales que no entran dentro de los parámetros sectarios de la Ley de Memoria Histórica de Zapatero ni menos en la Ley de Memoria Democrática de Pedro Sánchez. No hay que remontarse a nuestros abuelos o bisabuelos, sino a nuestros padres, hermanos o hijos. Fueron asesinados por sus ideas, por su servicio a la democracia, por el odio ideológico, por el totalitarismo. Fueron enterrados en la clandestinidad. Muchos de los crímenes están prescritos y el poder quiere olvidarlos. Los verdugos siguen vivos; están entre nosotros, ni pidieron perdón ni han colaborado con la justicia. Incluso reciben homenajes. Impunidad. Víctimas de hace apenas veinte años. No de la represión de una guerra civil, sino de la España que se reconcilió tras una larga dictadura. Al parecer, ni ellas ni sus deudos merecen dignidad porque son un recuerdo incómodo, testigos que conviene orillar. Son los 377 asesinatos de ETA sin esclarecer, sin leyes ni memorias que les hagan justicia.

El secretario general del PP anuncia el fichaje de «talentos» para reforzar los cuadros del partido.

Bajo el paraguas de su Nueva Ruta de la Seda, impulsa proyectos multimillonarios de construcción. En Latinoamérica aumenta su presencia a través de créditos públicos y busca ocupar el espacio que EE.UU. dejó en Afganistán.