Están reflexionando
Si Rajoy nos llevó a la pobreza energética, ¿dónde nos tiene Sánchez?
L asunto es tan delicado y tiene tanta electricidad que andan reflexionando para buscar la chispa y hacerle una huelga al gobierno. Una huelga de las de toda la vida. Como se la hicieron a Felipe en su día. O como se la hicieron a Rajoy en el suyo. Una huelga que reclame titulares en la prensa, invada los espacios internacionales de los informativos extranjeros y cifrara en su masiva respuesta el grado monumental de hartazgo de un país que ya no puede más. En eso andan los sindicatos, créanme, no sean mal pensados. Si no se han echado a la calle con el precio de la electricidad que pagamos no es porque tengan malas ideas, poco corazón y un bolsillo insaciable a disposición de la generosidad de los señoritos del poder. Por favor. Cómo pueden pensar eso. Si los sindicatos aún no han decidido desempolvar las pancartas, compradas nuevas pilas para el megáfono y le han encargado tres buenos ripios a algunos de esos cien intelectuales a los que el gobierno les pagará dos meses de erasmus a diez mil euros de fondos europeos por barba para su crecimiento personal, es porque, realmente, están reflexionando. Pensando si es justo darle una respuesta contundente a un gobierno
Eque es un felpudo ante las eléctricas y deja que nos electrocuten cada día con un récord histórico de subida. Reflexionan. Piensan. Concluyen qué hay que hacer ante una situación como esta. Tan socialmente dramática. ¿Le vamos a gritar fascistas a un gobierno de socialcomunistas? Mesura. Que hay grifos que se cortan…
Con más determinación respondieron al inquilino que, desde La Moncloa, jugaba al dominó mejor que al escondite, actividad esta es en la que es un becario torpe al lado de Sánchez. Aquel inquilino se desenvolvía por la derecha y aguantaba toda la leña del mundo en el área parlamentaria. Rajoy subió la luz casi un ocho por ciento y por poco lo llevan a la silla de los calambres. En su afinada orquestación de construir, a base de recortables ideológicos, el enemigo público número uno, el sindicalismo sobó el concepto de pobreza energética. ¿Qué seremos ahora con una subida del doscientos por cien? ¿Parias energéticos? ¿Oscuros y tenebrosos desheredados? No obstante, el portavoz del gobierno sigue poniéndoselo muy difícil a los sindicatos. Y asegura que la factura de la luz seguirá subiendo hasta el año que viene, sin viagra ni estimulaciones ad hoc, queriéndosele ver su techo por primavera. Así que, en un ejemplo de contundencia política y compromiso con las bases populares que sufren más que nadie este electrocidio, ha pedido empatía a los señoritos de la luz y paciencia a los que pagan los recibos. Manda güevos, que diría el otro…
La subida estratégica del salario mínimo profesional se lo traga una hora de luz pagada a 140, 23 el megawatio el pasado jueves. Pegado al oído tengo aquel merengue de Juan Luis Guerra que nos hablaba del costo de la vida sube otra vez. Mientras los sindicatos reflexionan, el ministro Garzón invierte 82.000 euros en una campaña de género sobre juguetes. El caso es jugar a las muñecas, ser feliz y no comer carne roja, tan peligrosa como este gobierno defendiéndonos de la voracidad eléctrica…