Las primeras urnas después de Ayuso
carece de presencia en el Parlamento y es un perfecto desconocido en Andalucía oriental, por lo que necesita tiempo para asentarse y esperar al revulsivo de los congresos de otoño.
Una alianza de intereses del PSOE y Vox para bloquear el presupuesto, puede ser la excusa más a mano del Gobierno andaluz para adelantar las elecciones. Los más inquietos sitúan este septiembre el anuncio, y las apuestas suben enteros por un adelanto en enero y sobre todo en primavera, porque más que los inconvenientes parlamentarios la clave de los tiempos electorales está en el proceso de recuperación de la pandemia.
Desde el Gobierno andaluz insisten en mantener la fecha natural del último fin de semana de noviembre de 2022. El discurso es el mismo a pesar de las presiones que recibió Moreno desde su partido -y que niega públicamentepara aprovechar el momento marcado por varias circunstancias favorables como la crisis de identidad del PSOE tras la salida de Susana Díaz de la secretaría general o las deserciones en las filas de Ciudadanos, alentadas desde el propio PP de Casado a pesar de lo incómodo que puede resultar para
El ‘laboratorio’ andaluz puede aclarar si obtener una mayoría absoluta es solo una quimera nostálgica de tiempos políticos pretéritos o una posibilidad real. Ayuso la rozó en mayo en Madrid. Será una reválida importante para el sanchismo y definirá las consecuencias políticas de la pandemia, aclarando si existe una confianza mayoritaria en las recetas del PP como habitualmente ha ocurrido en tiempos de crisis económica. Asimismo, pondrá a prueba el techo político de Vox y significará el ser o no ser para Ciudadanos. Además, servirá para medir los efectos del fin de la era Iglesias en Podemos, a la ecoizquierda de diseño de Errejón y la llegada de una nueva opción nacionalista radical con Adelante... sea en enero, en primavera o, como parece, en
noviembre de 2022. el Gobierno andaluz. Moreno mantiene su agenda para culminar la legislatura con el logro de asegurar la estabilidad política de la comunidad a pesar de presidir un gobierno en minoría.
Tambien a nivel interno Moreno tiene motivos para no tener prisas. Las renovación de las direcciones provinciales del PP no ha estado exenta de tensiones con Génova, donde no se sabe hasta dónde llega el orgullo y adónde la celotipia en relación a sus barones. El engranaje de las direcciones provincial tras ese proceso todavía no parece engrasado para afrontar unas elecciones en un partido que ha tenido históricamente problemas de capilaridad territorial por su dificultad para llegar a todo el tejido rural andaluz.
A vida o muerte
El presidente desoye a cuantos le advierten de que no se fíe de Ciudadanos. La lealtad de ambos socios parece inquebrantable y a estas alturas ha superado toda clase de pruebas.
Ciudadanos también necesita tiempo para recuperar y encontrar la fórmula de rentabilizar la acción de Gobierno. Su desfonde electoral en Cataluña y Madrid señala a Andalucía como un encrucijada a vida o muerte. Un fracaso aquí obligaría a una catarsis si no a una liquidación. No hay prisas por morir, debe pensar Juan Marín, sabe que Moreno no es un Desde el inicio de curso repite dos mensajes claros: «sería una idiotez» adelantar las elecciones y Ciudadanos es el dique que evita la entrada de Vox en el Gobierno o la composición de una alternativa de izquierda con Podemos.
Marín cuenta con el respaldo de Arrimadas que ya avisó en junio a los críticos de la formación en Andalucía de que el partido «no está para primarias»... pero tiene sus críticos. Si persisten en el empeño abrirán en dos al partido bifronte, el más deseado como primera opción de pacto por los grandes partidos entre los que cada vez parece más difícil sobrevivir.