ABC (Sevilla)

Nación y democracia liberal

«En España agoniza la democracia liberal. Pero mucho más grave que esto es que agonice la propia nación. Si ella muere tanto da que sea democrátic­a o no. Ya no será. La solución depende de nosotros, los ciudadanos libres e iguales ante la ley. España goza

- POR IGNACIO SÁNCHEZ CÁMARA Ignacio Sánchez Cámara

A superviven­cia de la Nación española, al menos en su integridad, está amenazada. Como la democracia liberal en ella. Sin duda, lo primero es más grave que lo segundo. El régimen político importa poco si la Nación no existe. El régimen político creado por Europa es la democracia liberal. En realidad, sobra el adjetivo. La democracia, o es o no es. Y la única forma de democracia real es la liberal. Hablar de democracia popular es una necedad. ¿Cabe una democracia antipopula­r? ¿No es ella el Gobierno en nombre del pueblo? Pero quizá sea prudente conservar el adjetivo para rechazar sus suplantaci­ones y corrupcion­es.

La democracia no consiste en el poder absoluto y limitado sólo temporalme­nte de la mayoría. La democracia no es sólo el gobierno de la mayoría. El pueblo no es la mayoría. La mayoría puede ser tiránica. La democracia requiere algo más, mucho más, que el gobierno de la mayoría. No hay democracia (liberal) sin la existencia de ciudadanos libres e iguales ante la ley, sin soberanía nacional, sin división de poderes, sin Estado de derecho, sin garantía de los derechos naturales. Todo esto está amenazado en España.

No todo Gobierno nacido de las urnas y del Parlamento es necesariam­ente democrátic­o. Tiene que respetar los requisitos y condicione­s mencionado­s. Un Gobierno formado, en todo o en parte, por fuerzas políticas no democrátic­as no puede ser democrátic­o. Es muy dudoso que el PSOE actual sea, con arreglo a estos criterios, democrátic­o. Es seguro que Podemos no lo es. El comunismo no es democrátic­o. Si en algún momento (el eurocomuni­smo) lo fue es que no era verdaderam­ente comunista. Defender las dictaduras cubana y venezolana, más aún el estalinism­o, es hacer profesión de fe totalitari­a. Este Gobierno español no cree en la existencia de ciudadanos libres e iguales. Para él, no todos los ciudadanos tienen los mismos derechos. Por ejemplo, no todos tienen derecho a decidir la educación que reciben sus hijos, ni a hablar en todos los ámbitos públicos la lengua común de todos los españoles. Tampoco pueden defender la soberanía nacional quienes no creen en la nación. Quienes niegan a la oposición legitimida­d para acceder al poder no son demócratas sino totalitari­os. Quienes creen que la democracia es de izquierdas son hemipléjic­os morales o, si recurrimos al dictamen de Ortega y Gasset, imbéciles.

Tampoco hay democracia liberal sin división de poderes. La teoría procede de Locke y Montesquie­u y fue asumida por los redactores de ‘El Federalist­a’ y ‘padres fundadores’ de la Constituci­ón de los Estados Unidos. Es necesario que el poder frene

Lal poder. Si no hay división de poderes, el poder es absoluto. Es especialme­nte necesario constituir un poder judicial independie­nte del Gobierno. Exactament­e lo contrario de lo que se pretende en España. El gobierno de los jueces se convierte en botín de los partidos y de las mayorías parlamenta­rias. Todo el poder para el pueblo y el pueblo soy yo. Muerte de la democracia liberal.

El Estado de derecho consiste en el sometimien­to de todos los poderes del Estado al derecho. A ninguno le pertenece el monopolio del derecho. Ni al Parlamento. También él se encuentra sometido al derecho, que protege a todos y está sobre todos. Ahora se pretende que el derecho no es sino la voluntad del poderoso al servicio de la ideología dominante bajo la comunista teoría del uso alternativ­o del derecho. La ley, sometida al poder. Y no al contrario. Estamos desmantela­ndo el Estado de derecho y, con él, la democracia liberal y, con ella, la libertad y la dignidad. El derecho soy yo. Puro absolutism­o camino al totalitari­smo.

La democracia se fundamenta en el respeto y garantía de los derechos naturales que todo hombre tiene por el hecho de serlo. Ahora se pretende que es el poder quien crea y confiere los derechos y mientras dure su voluntad. De siervo de los derechos pasa el poder a ser señor de ellos, soberano de lo justo y de lo injusto. Es la muerte del Derecho y de los derechos. Es la falsa soberanía de los súbditos. El poder le dice al súbdito: si tienes derechos es porque yo te los otorgo. Los esclavos felices y la servidumbr­e voluntaria. La termitera satisfecha.

Y, claro, Dios y la religión, especialme­nte la cristiana, la única verdaderam­ente liberadora, molestan. Hay que imponer el laicismo, más bien el ateísmo de Estado, por decreto. Como el cristiano es un hombre libre, liberado por Cristo, es un obstáculo para el proyecto totalitari­o. Queda proscrita toda defensa de la contribuci­ón del cristianis­mo a la civilizaci­ón europea, a la dignidad de la persona, a la libertad y a la democracia liberal. Sí. La democracia liberal no habría sido posible sin el cristianis­mo.

La democracia griega era otra cosa, y la República romana, un régimen mixto. Las democracia­s sólo arraigaron en sociedades cristianas. Luego se extendió a otras. Novalis lo dijo: Europa, es decir, la Cristianda­d. Por eso, san Benito es el patrón de Europa. Porque, como recordó memorablem­ente Alasdair McIntyre, en la soledad de Subiacco salvó de la destrucció­n los sabios libros antiguos y liberó a lo que luego, gracias a él, fue Europa, de la barbarie y de los tiempos oscuros. No, no fue la Europa cristiana medieval la época de la oscuridad y la barbarie. San Benito no fue la oscuridad sino la luz, no fue la barbarie sino la civilizaci­ón. Las naciones europeas no pueden ni deben ser confesiona­les, pero deben ser cristianas si quieren ser verdaderam­ente europeas.

n España agoniza la democracia liberal. Pero mucho más grave que esto es que agonice la propia nación. Si ella muere tanto da que sea democrátic­a o no. Ya no será. ¿Puede poner el presidente del Gobierno de España algún ejemplo, salvo el suyo, de un Gobierno europeo integrado por comunistas y apoyado por separatist­as? Si no puede, carece de la más mínima legitimida­d para censurar a la oposición, incluido Vox, porque esta fuerza política, guste más o menos o nada, respeta la Constituci­ón mucho más que los comunistas y los separatist­as. Y que el PSOE actual. En España agonizan la nación y la democracia liberal. La solución depende de nosotros, los ciudadanos libres e iguales ante la ley. España goza de mala salud, pero sigue en nuestras manos. Mientras exista.

Ees catedrátic­o de Filosofía de la Universida­d Rey Juan Carlos

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