El ‘campeón del megavatio’ podría, pero no quiere

Duerme en un cajón de La Moncloa un informe de 2018 para abaratar el recibo, elaborado por expertos independientes. Sánchez no se ha molestado ni en echarle un vistazo. Su solución ideal sigue siendo planchar de madrugada

Cuando la luz subía un 8 por ciento –entonces un «escándalo intolerable» para la izquierda–, Rajoy encargó a unos expertos, alguno con claro pedigrí socialista, cómo se podría abaratar el recibo. Allí debe estar todavía la presunta solución que aliviaría la factura en los hogares y no obligaría a planchar de madrugada (es la única idea que a Sánchez se le ha ocurrido) ni encarecía la producción de las empresas, que amenaza con avivar la inflación para desconsuelo final de todos los consumidores, menos para el ministro de Consumo, claro, que sigue el hombre empeñado en arruinar a los ganaderos y preocupado por el peligro de los juguetes sexistas (hasta va a hacer un anuncio). Si malo es que el ‘campeón del megavatio’ no tenga una idea más brillante que el planchado nocturno, peor es que trate de simular que controla la situación y afirme que a final de año la factura anual de la luz será de la misma cuantía que en 2018. Naturalmente, es imposible que así sea. En aquel agosto el megavatio/hora estaba a 68 euros y ahora dobla el coste, 134. Una mentira más, aunque esta tenga las patas más cortas (en diciembre veremos) que todas las que suelta para 2030 o 2050.