Max Verstappen se exhibe en casa para colocarse como líder
El neerlandés somete en su país a Hamilton. Alonso, sexto, adelanta en el último giro a Carlos Sainz, séptimo
Se subían los pilotos a sus monoplazas en Zandvoort conscientes de las dificultades para adelantar y de los riesgos de un circuito corto, repleto de curvas rápidas y cerradas y pocas rectas para descansar, donde las banderas amarillas y rojas saltan como un resorte a la mínima incidencia. Por eso midieron todos los riesgos y confiaron sus posibilidades a las estrategias, a los neumáticos y a la destreza de los mecánicos en las paradas. Ni la marea naranja que invadía las gradas alteraron el pulso de Max Verstappen, que dominó durante todo el fin de semana, realizó una salida impecable y sometió a los dos Mercedes. Exhibición del neerlandés, que ganó la carrera en su casa y recuperó el liderato del Mundial que perdió en Silverstone tras una agria polémica con Hamilton, que le echó de la pista y le mando al hospital.
El cajón lo cerró Valtteri Bottas, que deberá responder ante Mercedes por un acto de indisciplina que podría haber incendiado el box de las flechas plateadas. El finés se saltó el permiso de sus jefes y consiguió la vuelta rápida (y el punto extra) que en esos momentos era de Lewis cuando faltaban dos giros para el final. El británico se vio forzado a cambiar gomas y sofocar el conato de rebelión en el último giro y sobre la bandera a cuadros, rebajando el crono de su compañero (y recuperando el punto), al que todos sitúan fuera del equipo de Brackley la próxima temporada. Tal vez por este motivo hizo oídos sordos a James Allison, máximo responsable de Mercedes AMG F1, tras Toto Wolff, cuando le exigió que abortara su intento de pulverizar todos los tiempos. En un Mundial tan apretado, un punto puede ser de vital importancia. De hecho, en estos momentos, tras trece carreras, la distancia entre Verstappen y Hamilton es solo de tres puntos. Faltan nueve Grandes Premios, el siguiente en Monza la próxima semana.
Espectacular salida de Alonso, que adelantó a Ocon y Giovinazzi en el primer giro y supo gestionar los neumáticos
Más allá de la pelea por la carrera y por el Mundial, había interés por comprobar las posibilidades de Carlos Sainz, que partía sexto, y Fernando Alonso, noveno, en un circuito que se la había dado bien a Ferrari y tras la promesa del piloto de Alpine, que había augurado la recuperación de dos puestos en la salida. Y lo logró. Ni una vuelta tardó el asturiano en adelantar a Ocon y a Giovinazzi por el exterior en una agresiva arrancada que contrastó con la prudencia del resto de la parrilla. Desde que comenzó la temporada se ha quejado Alonso de la impunidad con la que sus rivales se aprovechaban de los exteriores de la pista o de las escapatorias («otros pilotos van al límite, usando otras zonas más allá de la pista, pero yo soy un piloto normal que no usa otras áreas de pista para tomar ventaja») y en un circuito con césped y grava en su perímetro que no permiten errores ha sabido exprimir sus habilidades.
Alonso, feliz; Sainz, frustrado
Alonso exprimió su A521 para adelantar en el último giro a Sainz y acabar sexto. Basó su éxito en una espectacular salida, en el control de sus gomas iniciales, en el arreón final en cada stint, en no cometer errores y en confiar en que sus rivales directos los cometieran. La decisión de Ferrari de escoger un neumático duro en la última parada benefició al primer piloto de Alpine, que con unos medios más usados pudo acercarse y adelantarlo en el penúltimo paso por meta. Alonso también superó en la general a su compañero, ya que Checo Pérez (espectacular carrera y remontada del piloto mexicano, que acabó octavo tras partir del pit-lane por modificar la configuración de su monoplaza, completando la satisfacción de Red Bull) también adelantó a Ocon.
«Tenía confianza en la salida en esa primera curva. Hubo un poco de movimiento delante y salió todo bien. En las últimas vueltas con Carlos, él no tenía ya casi neumático, yo veía que el coche se movía en todas las frenadas y pensé que lo debía estar pasando realmente mal», resumió Alonso. La alegría del ovetense contrastaba con la decepción de Sainz: «Ha sido una carrera muy rara, sinceramente. Ya desde la segunda o tercera vuelta he visto que no tenía ritmo. Y ha sido muy raro. He pagado un mal ritmo y mucho desgaste en las gomas. Me he ido yendo para atrás y ha pasado de ser una carrera que esperaba que fuera al ataque a una carrera mirando los espejos porque no iba nada».