MARTA PRIETO
Marta Prieto fue la primera española en ganar el Open Británico Amateur. Empezó en el golf siendo una cría, jugó en la universidad americana y desarrolló una sólida carrera como profesional en el Circuito Europeo Femenino desde 2002 hasta 2011. Madre de dos hijas, sigue dedicada al golf, pero ahora como entrenadora, desde otra perspectiva y con la dedicación de siempre.
—¿Cómo es su método de enseñanza?
—Como es un deporte bastante técnico y complejo, intento darles referencias a los que empiezan de cero. Que puedan medir la distancia a la que están de la bola, la posición de la espalda, si tienen las piernas más o menos flexionadas... Son pequeños trucos para que puedan medir y saber si están bien o mal. Éste fue el cambio que quise introducir en este deporte tan complicado. Y a la vez, hacerlo lo más ameno posible. Hay que adaptarse al alumno.
—¿Tiene una gran diversidad de alumnos?
—Sí, sí, porque además tengo la suerte de que al Zaudín pueden venir alumnos de cualquier sitio. Los tengo de Hato Verde, Pineda y del Real Club. Y dan clases conmigo. Enseño a todos los niveles y absolutamente a gente de todas las edades.
—¿Echa algo de menos de la competición?
—La competición me encanta. A modo de hobby, para desconectar de lo mío, voy al gimnasio y juego al pádel. Tengo ese hábito, es estupendo, pero ahora en modo aficionado, más light. En el golf era diferente. Encadenas semanas enteras. Hay una parte de vuelos, maletas, aeropuertos y de estar siete meses fuera de casa que cansa. De mi vida en competición he aprendido una barbaridad y los recuerdos son maravillosos, pero ahora estoy en otra cosa. Me gusta formarme y aspiro a ser una entrenadora de golf estupenda.
—Formarse en Wake Forest fue una bonita experiencia, ¿no?
—Totalmente. Me considero una persona bastante optimista y siempre saco lo mejor de cada situación. Aquella fue una experiencia maravillosa, superenriquecedora. Cuando conoces otras cosas, aprendes a respetar. Salí fuera, aprendí el idioma, me vine con una carrera y jugué con golfistas de un nivel estupendo. el mundo del golf?
—Muy poco antes de los nueve años. Fue en Pineda, por casualidad. Mi padre era ingeniero industrial y vivimos en Madrid, Bilbao y México, hasta que decidió que nos quedábamos en Sevilla. Vivíamos en Bami, mis abuelos eran socios de Pineda, había amigos que jugaban el golf y lo elegí. También mi padre y mi madre se animaron a jugar y se engancharon.
—No se imaginaría entonces a dónde iba llegar ....
—Eso no se lo imagina nadie. Vas jugando, bajando el hándicap, la Federación Andaluza te llama, destacas, empiezas en los interregionales, te meten en la selección, cuando estás ahí ves que hay amigas que están estudiando en Estados Unidos y que existe la posibilidad de hacerlo con becas, aprendes inglés, cuando regresas lo haces con una carrera y piensas que tal vez te podrías dedicar profesionalmente a esto. Son pasos que van surgiendo. Con 17 años no tenía claro que fuera a ser profesional. Cuando gané el Open Británico acababa de graduarme.
—¿Es ése su recuerdo más bonito a nivel de victorias?
—Quizá, porque hasta ese momento ninguna española lo había ganado. Recuerdo con muchísima ilusión también cuando gané mi primer Open de España absoluto, aunque es verdad que el British es lo más. Fue el más sonado, pero también recuerdo maravillosos Campeonatos de Europa por equipos o cuando logramos el bronce mundial a un solo golpe de la primera y la segunda ....
—¿Se ganaba dinero en el circuito femenino en aquella época?
—Me considero afortunada. Cuando yo empecé teníamos diez torneos en todo un año. Era complicado vivir de eso, pero al año siguiente ya eran más y al final decidí que más de cuatro semanas seguidas no hacía. Viví una época buena en el Circuito Europeo. Ganábamos una décima parte de lo que ganaban los hombres. Me dio para vivir y ahorrar.
—Conservará muchas amistades de aquella etapa.
—Muchísimas. Las que estábamos en el equipo nacional, que luego coincidimos en el Circuito Europeo, somos gente afín, hemos compartido muchísimo, las penas y las glorias. Aunque aquí tengo montones de amigos y amigas, la gente que entiende lo que has vivido es la que precisamente ha vivido eso contigo y nosotras tenemos esa afinidad.