Dolores Delgado
CONTRERAS
La fiscal general alerta contra la criminalidad que amenaza a los menores en las redes
Además de pedir mayor autonomía para un Ministerio Público al que llegó con el aval y el pedigrí más puro del sanchismo, para el que ejerció sin bozal de diputada y ministra, Dolores Delgado combinó ayer el género de la paradoja con el de la estadística para hacer balance de una criminalidad que en los últimos meses ha puesto a los menores de edad en la diana del acoso sexual que prolifera en internet. En la España del triunfalismo de progreso –orgullo de país en el argot de La Moncloa– resulta que crece la desigualdad económica, sube la luz, se desata el machismo de inspiración afgana y cepa talibán y los niños juegan con unos teléfonos móviles que pasando de pantalla los conducen al abuso y la explotación sexual. O el Gobierno no hace nada, hipótesis de trabajo que no hay que descartar, o bien dedica todos sus esfuerzos a presentar a la opinión pública un panorama desolador para sus propósitos igualitarios e inclusivos, alcanzables solo a partir de un programa de ingeniería pública y social que se hace imprescindible en función de los males, selectivos o no, que para solaz y pánico generales diagnostica y sitúa en el centro del debate. Como suele decir Teresa Ribera cuando le mientan la bicha del megavatio, «estamos trabajando en un paquete de medidas adicionales».