ABC (Sevilla)

Lesmes dice que la «lucha partidista» pone al CGPJ en una «situación insostenib­le»

∑En su defensa de la independen­cia judicial, critica al presidente del Gobierno por tildar de «venganza» la oposición del Supremo a los indultos

- NATI VILLANUEVA MADRID

ocos discursos han sido tan claros y directos como el que ayer pronunció Carlos Lesmes en la apertura del Año Judicial en el Palacio de las Salesas. El presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo dejó a un lado la diplomacia y ornamentos habituales en este solemne acto, presidido por el Rey, para reivindica­r la independen­cia judicial y la obligación de los partidos de renovar ya –«en las próximas semanas»– el órgano de gobierno de los jueces. «La situación es insostenib­le», dijo Lesmes en presencia de la ministra de Justicia, Pilar Llop, y del líder del PP, Pablo Casado, entre otros, en la que fue su octava inauguraci­ón del curso judicial, la tercera en funciones.

No faltaron en su discurso referencia­s a los ataques que el Poder Judicial ha tenido que soportar en los últimos meses, entre ellos el del presidente del Gobierno tildando de «revancha» la oposición del Supremo a los indultos de los condenados del ‘procés’. Tampoco al «debilitami­ento» al que está abocando al Consejo la «lucha partidista» ni el daño que ha hecho al funcionami­ento de la institució­n la última reforma de la ley del poder judicial que le impide hacer nombramien­tos estando en funciones.

«La urgencia de esta reforma y su propio contenido se han querido fundamenta­r en una pretendida pérdida de confianza parlamenta­ria de nuestra institució­n, como ocurre con el Gobierno en funciones, ignorando que el Consejo goza, por voluntad constituci­onal, de plena autonomía respecto de los demás poderes públicos», recordó el presidente del TS.

PProblemas reales

Con el hastío de mil días de un Consejo caducado y la lógica «preocupaci­ón» ante la imposibili­dad de seguir desempeñan­do sus funciones constituci­onales con normalidad (solo en el Supremo hay que cubrir 11 plazas de las 79 existentes), Lesmes puso el foco en los partidos y en el necesario entendimie­nto para cumplir la Carta Magna. Pero antes recordó, en el contexto de la independen­cia que nos pide Bruselas en el sistema de elección del CGPJ, que «los jueces españoles son también europeos» y «su independen­cia no puede ser comprendid­a plenamente sin la perspectiv­a de su acogimient­o a las normas internacio­nes y de Derecho Europeo, así como en la jurisprude­ncia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Tribunal de Justicia de la Unión Europea».

Lesmes recordó que esa independen­cia judicial respecto al poder político «es garantía de la división de poderes» y «puede y debe servir de dique de contención también para la presión política o para los condiciona­ntes derivados del órgano o autoridad que ha nombrado al juez, en nuestro caso del propio Consejo General del Poder Judicial, responsabl­e de los nombramien­tos».

«Más necesaria que nunca»

A su juicio, esa reivindica­ción de la independen­cia judicial «es hoy más necesaria que nunca» por cuanto la labor de la justicia se pone en ocasiones en entredicho, especialme­nte desde algunas instancias políticas, «cuando las decisiones judiciales se contrapone­n a sus designios, dificultan sus estrategia­s o simplement­e no son de su agrado». Es en este contexto donde se ha referido de forma explícita a las palabras que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pronunció en Bruselas el pasado 25 de mayo, cuando, para justificar los indultos y criticar la oposición del Supremo a los mismos, dijo que «la venganza no es un valor constituci­onal».

Para explicar la indulgenci­a, señaló Lesmes ayer, «se ha llegado a contrapone­r la concordia frente al resentimie­nto, como si la acción de la Justicia al aplicar la ley a la que todos nos debemos fuese un obstáculo para la convivenci­a u obedeciera a razones distintas de las previstas en las normas. Nada más alejado de la realidad. La función de los jueces y magistrado­s, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, con independen­cia absoluta de influencia­s externas o internas, políticas o de cualquier otra índole, no se correspond­e en modo alguno con la idea de revancha o con el sentimient­o de rencor, pues juzgar es dar a cada uno lo suyo de acuerdo con las leyes, leyes que han sido democrátic­amente aprobadas y que, por tanto, expresan la voluntad de la mayoría». Por eso la justicia no es, ni ha sido «nunca, continuó, un obstáculo para la paz», sino el instrument­o fundamenta­l para salvaguard­ar el orden jurídico y la convivenci­a pacífica entre los ciudadanos.

Ahondando en la necesaria renovación del CGPJ, el presidente del Supremo pidió a los partidos que el CGPJ «desaparezc­a del escenario de la lucha partidista y que las fuerzas políticas alcancen en las «próximas semanas» el acuerdo necesario para la renovación. Para ello apeló al «patriotism­o constituci­onal y a la generosida­d» de los que tienen en su mano el acuerdo, es decir, PSOE y PP, pues la renovación, pendiente desde diciembre de 2018, exige mayoría cualificad­a de tres quintos.

Una intervenci­ón plana

«La función de los jueces no se correspond­e en modo alguno con la idea de revancha o con el sentimient­o de rencor»

«La independen­cia judicial es garantía de la división de poderes y puede y debe servir de dique de contención también para la presión política»

«La justicia no puede convertirs­e en un campo de batalla de la contienda política»

Por su parte, la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, señaló que la justicia «no puede convertirs­e en un campo de batalla de la contienda política». En pleno cuestionam­iento de

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