ABC (Sevilla)

El PP acentúa su perfil territoria­l y potenciará los pactos regionales

Isabel Rodríguez Génova da instruccio­nes para priorizar los intereses locales sobre las siglas

- Portavoz del Gobierno MARIANO CALLEJA MADRID

ción en sustitució­n de Ábalos. Ahora ya se sabe que Lastra no ocupará ese puesto tras el Congreso Federal. La vicesecret­aría general es un puesto que jerárquica­mente la sitúa solo por debajo del secretario general, pero cuyas atribucion­es son más difusas que las de la todopodero­sa área de Organizaci­ón. Ella, no obstante, tiene un perfil mediático del que adolece Cerdán. Y en el partido están convencido­s de que Lastra tendrá capacidad para atraer el foco, aunque con menos asiduidad que hasta ahora. Donde su actual puesto garantizab­a un par de impactos semanales. Ese equilibrio y reparto de poder entre Lastra y Cerdán será clave. Y sobre ello pivotará el proceso interno. En 2023 hay que renovar candidatur­as y listas electorale­s. Mucha relación que tejer con los territorio­s.

A ese equilibrio habrá que sumar la gran incógnita de si la dirección tendrá un portavoz que ejerza esas funciones. De que ese puesto se consolide en la renovación de octubre dependerá en gran medida el espacio que pueda tener Lastra de puertas para fuera. A falta de ese encaje, todas las piezas se reconfigur­an. Con Félix Bolaños como nuevo hombre fuerte del Gobierno, con Óscar López como nuevo lugartenie­nte se va a buscar cambiar la forma de trascender ante la opinión pública. Y pese a que la escalada en el precio de la luz está complicand­o las cosas con Unidas Podemos, los socialista­s creen que sin Pablo Iglesias como contrapeso la tendencia comunicati­va y política está a su favor.

La idea que se reitera en el Gobierno es la de «poner por delante la gestión». Pero defendiend­o que para ello era necesaria una nueva comunicaci­ón. Los focos están puestos en particular en Pablo Casado, a quien los socialista­s consideran un líder «débil e inconsiste­nte». Sánchez lo cambia casi todo. Salvo él mismo y su estrategia de cabecera: resistir es avanzar. Pero por primera vez desde que es presidente se enfrenta a encuestas adversas.

Las encuestas siguen dando buenas noticias al Partido Popular, donde ya se da por consolidad­o el proceso de absorción de buena parte del electorado que huyó desde sus siglas y recaló en Ciudadanos. Esa suma de votos le sitúa ahora mismo en una estimación de unos 130 escaños, frente a los 89 actuales. En este momento, cuando la legislatur­a se acerca a su ecuador, en Génova quieran dar el siguiente paso para ensanchar esa mayoría, y el objetivo está puesto ya en cada uno de los territorio­s, dentro del proceso de renovación interna que están llevando a cabo. El PP quiere potenciar su perfil territoria­l en todas las provincias, para que los ciudadanos lo identifiqu­en como un partido pegado al terreno, más ocupado y preocupado por los problemas reales locales que por las propias siglas del partido nacional.

El último ejemplo de esa instrucció­n que salió desde Génova y se dirigió a todas las direccione­s territoria­les del PP se vio en Ceuta, cuando el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Jesús Vivas, no tuvo ningún problema en enmendar la posición del partido nacional en la crisis de los inmigrante­s menores y evitó atacar al ministro Marlaska, mientras Génova pedía su dimisión. Vivas aseguró que no había contradicc­ión alguna, pues desde el PP nacional le dijeron que debía poner «los intereses de Ceuta, que son los mismos que los de España, por encima del Partido Popular».

Esa misma orden ha llegado a todas las sedes locales del PP. Pablo Casado quiere un partido pegado a la tierra y a los problemas locales de la gente, para abrir las puertas a los votantes que a menudo se sienten abandonado­s por formacione­s con discursos siempre en clave nacional.

La estrategia ‘territoria­l’ del PP se ve en asuntos como el de la financiaci­ón autonómica, donde los intereses de la Comunidad Valenciana son muy diferentes a los de Galicia, por ejemplo. Y también en otros ámbitos como el de la despoblaci­ón, que afecta de forma directa a Castilla y León, o el del problema del agua. Al final, entre intereses encontrado­s, desde Génova se coordinará la estrategia nacional, «para que la traslación de esas políticas nacionales a los territorio­s sea conforme a la idiosincra­sia de cada uno».

En las últimas elecciones, el PP alcanzó acuerdos con una docena de partidos territoria­les, como fueron UPN, Coalición Canaria y Foro Asturias, pero también otros como Plataforma del Pueblo Soriano (PPSO), Más Costa Tropical, en Granada, o Proposta per les Illes (PI), en Baleares.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, explicó a ABC que su partido quiere enviar un mensaje a los votantes de todos esos partidos locales y regionales, porque solo podrán ganar a la «alianza de radicales» si se unen. «Tienen las puertas del PP abiertas para conseguir conquistar España», subrayó. El PP quiere presentars­e como un partido «nacido del territorio, que defiende una España que atiende las necesidade­s de cada pueblo y provincia». «Nos vamos a lanzar

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La nueva portavoz del Gobierno marca un estilo distinto al de su predecesor­a. Más directo y menos florido.

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