El político podría ser acusado de estafa por haber aceptado donaciones para los tratamientos
El líder populista de izquierda ha tenido que dimitir como vicepresidente de la Convención Constitucional al descubrirse que era mentira la enfermedad sobre la que construyó su lucha política durante el estallido social de 2019
No le temo al cáncer, menos a la represión», «No lucho contra el cáncer, lucho para pagar la quimio», decían los carteles que levantaba Rodrigo Rojas Vade durante las protestas que estallaron en Chile en octubre de 2019. En la llamada ‘Plaza Dignidad’, en pleno centro de Santiago, ‘el Pelado Vade’ se hizo famoso por su arrojo ante las fuerzas policiales, pero sobre todo por su delgado cuerpo y desnudo torso intervenido por pendientes y más de algún catéter. Su rápida fama lo llevó a postularse como independiente a la Convención Constituyente e hizo una campaña centrada en las deficiencias del sistema de salud. Fue elegido con más de 19.000 votos para representar a un sector muy poblado de la capital. Pero algo no encajaba en su historia. El pasado fin de semana, el vicepresidente de la Convención Constitucional –la primera democrática en la historia de Chile– admitió que jamás ha tenido cáncer, que todo fue un intento de ocultar «otra enfermedad, para no sufrir el estigma social».
Rojas Vade renunció el domingo a una de las vicepresidencias de la asamblea constitucional y él mismo estimó que debe «irse de la Convención» a través de un mensaje grabado y colgado en las redes sociales, el mismo día en que un reportaje de prensa daba cuenta del fraude político. La mesa directiva de la Convención aceptó su renuncia y Jaime Bassa –uno de sus directivos– adelantó que no habrá «una defensa corporativa» del delegado cuestionado y que podrían iniciarse acciones penales, además de sanciones administrativas.
Pero la Convención Constitucional se rige por las mismas reglas de la Cámara de Diputados, que establecen que los cargos son irrenunciables y solo puede ser apartado si se constata una enfermedad invalidante. Peor aún, si hay configuración de delitos, Rojas Vade tendría que ser llevado a un proceso que le retire su inmunidad.
De 37 años, formado en prevención aeronáutica, Rojas Vade participó en la fundación de la autodenominada ‘La Lista del Pueblo’ integrada solo por independientes, que en mayo consiguió 27 delegados constituyentes de 155 cupos. La agrupación populista de izquierda esgrimió un duro discurso contra todos los partidos políticos y proclamó ser portadora de «nuevas formas de hacer política». Todo eso también se vino abajo.
Hace dos semanas, el candidato presidencial de ‘La Lista del Pueblo’, Francisco Ancalao, recibió el rechazo del Servicio Electoral al presentar 23.000 firmas de apoyos que resultaron falsas luego de comprobarse que la notaría donde fueron legalizadas no existe desde 2018 y el notario estaba muerto desde febrero de ese año. Esto, entre otros episodios, produjo el estallido de la agrupación de la que Rojas Vade se había separado hace solo una semana.
‘El Pelado Vade’ hoy está enfrentado a su pareja, también convencido de que Rojas Vade tenía leucemia; a su familia, a sus electores y a muchas personas que le donaron dinero para sus tratamientos médicos, lo que también podría ser investigado como delito de estafa. Además, en su declaración de intereses, que toda autoridad pública debe hacer al asumir funciones, Rojas Vade declaró una deuda bancaria de casi 30.000 euros, atribuida al «tratamiento quimioterapéutico contra el cáncer», que ahora se sabe, nunca existió.