La cesión con truco del Alcázar cumple 90 años
El Ayuntamiento conmemora la efeméride, pero la no fue total: el Estado se quedó con las suculentas rentas de las casas del Patio de Banderas
l Real Alcázar de Sevilla inauguró ayer una exposición fotográfica en el Patio de Banderas, con treinta láminas de hitos en el monumento, incluida en la amplia programación cultural y científica diseñada para conmemorar el 90 aniversario de la cesión del recinto palaciego y sus jardines a la ciudad de Sevilla. Aunque las actividades de esta programación especial arrancaron en mayo pasado con visitas guiadas gratuitas por aquellos enclaves que han marcado la historia del monumento en las últimas nueve décadas, es a partir de ahora y durante los primeros meses cuando cobrarán mayor protagonismo en la agenda cultural hispalense.
La exposición de mupis consiste en una contraposición de fotografías antiguas y actuales del Alcázar. Se trata de treinta láminas en quince mupis divididos en tres bloques: el primero, el acto solemne de la propia cesión de la titularidad del monumento a la ciudad; el segundo, un recorrido con imágenes de entones y ahora que reflejan la evolución de distintos espacios; y el tercero, el Alcázar contemporáneo como espacio de acontecimientos históricos para Sevilla y Andalucía. Todo ello, para conmemorar esa efeméride trsacendental para el devenir del monumento y del patrimonio municipal.
EFirma de Alcalá-Zamora
El Estado regaló el Alcázar al pueblo sevillano mediante un decreto de 22 de abril de 1931, recién inaugurada la II República, que se había proclamado unos días antes. La entrega se firmó por el presidente Niceto Alcalá-Zamora, quien quería mostrar cómo un palacio que había sido propiedad de la Casa Real pasaba directamente a manos «del pueblo» sólo unos días después del cambio de régimen político. Pero más allá de ese gesto grandilocuente, en los detalles estaba también una de las claves y, a la vez, un problema que el Ayuntamiento ha venido arrastrando hasta ahora, casi un siglo. Porque la cesión fue parcial, no total, y desde luego nada altruista. Tanto es así que el propio gobierno local tardó meses en concretar la operación porque receló del pacto con la Administración central, que iba a hacerle a Sevilla un regalo con truco. Por un lado, desde entonces los edificios palaciegos cedidos costarían un buen dinero a los sevillanos en concepto de