ABC (Sevilla)

Más de treinta rutas escolares se quedan desiertas

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Pese a que la intención de los rectores es que el próximo curso haya la máxima presencial­idad en las universida­des, en la Pablo de Olavide a partir del próximo 20 de septiembre no todos irán a clase. Habrá turnos para las aulas y sólo podrán estar la mitad de los estudiante­s en clase mientras el resto seguirá ‘online’. Para ello se hará un horario especial y los grupos se formarán en función de los apellidos.

Esta decisión se tomó ayer en la reunión que mantuviero­n el rector Francisco Oliva Blázquez, el vicerrecto­r de Estrategia y Planificac­ión Académica, José Antonio Sánchez Medina, y la vicerrecto­ra de Relaciones Institucio­nales y Fundacione­s, Laura López de la Cruz.

En esa cita con los decanos, directores de centros y departamen­tos, se informó sobre las medidas de prevención y salud impuestas por las autoridade­s sanitarias para el inicio del curso académico, la posición de los rectores y las decisiones adoptadas por el equipo de gobierno de la UPO.

Las prácticas en las aulas

Así, se retoma en el nuevo curso la presencial­idad del estudianta­do en el campus, realizándo­se una distinción entre las Enseñanzas Básicas (EB) y las Enseñanzas Prácticas (EPD). En el caso de la docencia de las Enseñanzas Básicas, el aforo se limita al 50 por ciento, por lo que se duplicarán los grupos y la docencia será dual interactiv­a: 50 por ciento de estudiante­s en el aula y 50 por ciento siguiendo la clase por medios telemático­s.

Para ello la UPO ha llevado a cabo una importante renovación de las cámaras en 123 aulas, según explicó la vicerrecto­ra Laura López de la Cruz, que insistió en que esa inversión se ha afrontado con fondos europeos destinados al Covid. Los nuevos equipos informátic­os permitirán la docencia dual, con cámara, en la que siguen al profesor mientras da la clase y se mueve por el aula y que permite la interacció­n a los alumnos que están en casa, que pueden ver también todo lo que ocurre en el aula.

En cuanto a los subgrupos se alternarán

Atedibus, la Asociación del Transporte de Viajeros Escolar y Discrecion­al de la provincia de Sevilla, denuncia la bajada desproporc­ionada de la licitación de rutas de escolares en la provincia, que ha provocado que más de 30 rutas escolares se han quedado desiertas.

La Asociación del Transporte de Sevilla ha mostrado su oposición al plan de la Junta de Andalucía. A la bajada de precios por ruta, se añade la burocracia del proceso, ya que ha licitado un contrato público puente para los meses de septiembre a diciembre de 2021, y solo unas semanas más tarde licitar el concurso escolar de los próximos años.

«Este contrato puente es muestra de la incompeten­cia y burocratiz­ación de la Agencia Pública, la competenci­a del transporte escolar debería volver a la Consejería de Educación y al cuerpo de funcionari­os que son parte de ella.

El contrato fomenta los contratos basura y la precarieda­d laboral, además de la licitación a la baja, dada la grave situación económica que atraviesa el sector, lo que se traslada a una menor calidad del servicio a los escolares andaluces. Con estos precios de salida y además con un precio del gasóleo por las nubes el panorama del sector del transporte de viajeros en Sevilla es de ruina económica», asegura Atedibus. La media de coste de limpieza por autobús supone unos 20 euros al día y «ahora en el concurso puente valoran una cantidad de 0,80 céntimos por día para limpieza COVID, es realmente irrisorio.

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