EL CINE EN TELEVISIÓN
lecciones en cada programa. Por el camino te ponen al límite y te hacen superarte a ti misma. Poco a poco, esos retos son mayores, al igual que tu cansancio, pero todo eso te hace ser más fuerte. El esfuerzo merece la pena y cuando ganas y dicen tu nombre es como escuchar música celestial.
—¿Qué le ha dado la interpretación?
—’Con dos tacones’, ‘Arrayán’ y ‘Yo soy Bea’ fueron mis últimos trabajos como actriz. Cuando nacieron Daniela y Martina, lo dejé de lado y me fui a Bali, pero la interpretación es el gran amor de mi vida. Al verme de nuevo rodeada de cámaras, la energía, el lenguaje y la magia de la tele me removieron un montón de cosas. Quiero que todo eso esté de nuevo en mi vida.
—¿Cómo ha sido la vuelta?
MUY BUENA INTERESANTE
EE.UU. 1985. Aventuras. 104 min. Dir.: Richard Donner. Con Sean Astin, Josh Brolin, Jeff Cohen, Corey Feldman, Martha Plimpton, Robert Davi, Joe Pantoliano, Anne Ramsey.
0.30 Trece Dejando fluir su síndrome de Peter Pan, Steven Spielberg produce y escribe la base de esta aventura infantil (Chris Columbus le da forma de guion) sobre un grupo de niños a la búsqueda de un tesoro, con el fin evitar que la especulación inmobiliaria acabe con su barrio, cosa que ocurre en todos los sitios. Con personajes bien delineados, escenarios con función dramática y efectos especiales abundantes e ingeniosos, la película sigue estrictamente la tradición del género y cuenta con un director que sabe entretener y brindar un espectáculo ideal para adolescentes.
Un ama de casa que no recuerda nada de su pasado sufre inexplicables atentados, solo para descubrir que era una asesina de la CIA. Segundo y último producto del breve matrimonio-sociedad entre Geena Davis y Renny Harlin tras el fiasco de «La isla de las Cabezas Cortadas», un thriller de acción tan efectivo como intrascendente.
Un miembro del servicio secreto de la Casa Blanca amante de la primera dama es señalado como principal sospechoso de planear una conspiración para matar al presidente. Producto ‘mainstream’ entretenido pero de escaso rigor donde reina la sensación de ‘déjà vu’, desde el típico conflicto de buscar al verdadero traidor, hasta el clímax en la Cumbre del G-8.
El sorpresivo Oscar de 2010 fue para una directora, Kathryn Bigelow, que narra episodios aislados de un trío de desactivadores de bombas en Irak encabezado por un tipo con tendencias suicidas por la adicción a su propia adrenalina. Rodada cámara en mano, lo maravilloso del filme está no tanto en su tono como en su forma: tres de sus seis Oscar fueron a montaje, sonido y edición sonora.