Nada es lo que parece
oído en el raíl por el que circula el tren del señor Iglesias, que aporta doctrina, señala objetivos, marca estrategias y hasta anuncia cuál será el argumento básico de la próxima campaña electoral. Desconozco si sigue llevando los seis escoltas habituales.
El enfrentamiento entre el PSOE y el PP a cuenta de la renovación del Consejo General del Poder Judicial es un inmenso trampantojo que oculta una realidad muy distinta de la que los dos grandes partidos nos presentan. No es verdad que el PSOE y el PP persigan diferentes objetivos en la relación entre políticos y jueces. El de ambos es común, tener el control de la mayoría del consejo. Esa y no la noble defensa de la independencia judicial explica las urgencias del PSOE en renovar un consejo donde está en clara minoría. Y esa y no la noble defensa de la independencia judicial explica el encastillamiento del PP en utilizar su minoría de bloqueo para impedir la renovación de un consejo en el que tiene mayoría, aunque sea a costa de utilizar las leyes como moneda de negociación. Tampoco es verdad, como sostienen los partidos cuyo principal objetivo es denigrar nuestra democracia (Podemos, ERC, Bildu, JxCat y BNG) que la batalla sobre el consejo demuestre que no existe independencia judicial. La irresponsabilidad de PSOE y PP les da a aquellos munición para denigrar a los jueces y al Estado al que sirven, y contribuye a proyectar una mala imagen de un poder judicial que, con los problemas conocidos, hace cabalmente su trabajo.