Genios de la botella
Así forjó un modesto emprendedor de Los Palacios al líder de los envases
DECÍA Steve Jobs que el secreto de su éxito había sido «conectar los puntos» de sus experiencias del pasado y confiar en la intuición. El emprendedor palaciego Juan Valle Santos, a su manera, aplicó esa máxima hace más de treinta años. Había hecho carrera en la planta de vidrio de SaintGobain en Dos Hermanas (donde entró como peón) y era un gran aficionado a la apicultura. Un día buscó botes nuevos para envasar primorosamente los doscientos kilos de miel que producía cada año, pero no existían proveedores para clientes tan pequeños. Averiguó cómo y dónde aprovisionarse y, una vez logrado el empeño, compró nuevas unidades para ofrecérselas a otros apicultores. Así nació Juvasa (acrónimo de su nombre y apellido), convertido en un distribuidor de recipientes de cristal para pequeñas firmas alimentarias.
En los noventa la compañía crecía demasiado rápido con cientos de pequeños clientes: la logística era endiabladamente compleja y los medios muy escasos. Fue entonces cuando el emprendedor Juan Valle encontró el auxilio de sus hijos, que se incorporaron de forma muy temprana al negocio. Juvasa puso el foco en clientes de más tamaño y comenzó a proveer a grandes compañías alimentarias de su entorno más próximo, como Acesur, que le permitieron ganar volumen de forma paulatina.
La firma llega a la primera década del siglo XXI con unas ventas que rozan los veinte millones de euros. Pero es entonces cuando empieza la parte más sorprendente de esta historia. Comprenden que no solo había que distribuir botes, también debían sentarse con los clientes para diseñar los envases del futuro y se rodean de profesionales muy cualificados para ser los ‘sastres’ que visten cada producto. Participan, por ejemplo, en el diseño de la botella de la ginebra Puerto de Indias (la bebida lanzada por unos emprendedores de Carmona que acabó liderando su sector); ayudan a remodelar los envases de mayonesa de Ybarra; convierten así su planta de Dos Hermanas en un centro de innovación y doblan su negocio.
En Juvasa se transforman en los ‘genios de la botella’. Compran a su principal competidor (una empresa de la Rioja) y enfilan 2021 con el objetivo de superar los 60 millones de euros en ventas. Con estas cifras, el líder mundial, la estadounidense Berlin Packaging (con más de 2.500 millones de ingresos), les pone en el foco y hacen una oferta: compran Juvasa y mantienen al equipo directivo (la familia Valle sigue al frente y controla una participación accionarial). Si Juan Valle no hubiera decidido envasar primorosamente su miel, hoy las botellas de aceite andaluz se diseñarían en Madrid o Barcelona. Juvasa ha logrado cristalizar en Andalucía parte del valor que genera la industria agroalimentaria, y ahora desde Dos Hermanas idearán los envases de empresas de todo el mundo. Se necesitan muchos como ellos.