El fuego avanza en Málaga sin control como «monstruo hambriento»
∑Las condiciones extremas del incendio de Sierra Bermeja hacen imposible siquiera contenerlo dos días después ∑El Infoca retira a su personal de tierra y confina a los vecinos de dos pueblos después de arder ya 5.000 hectáreas «Daremos caza a esos asesin
Dos días después, el incendio de Sierra Bermeja en Málaga avanza sin control. Además de haber causado la muerte de un bombero forestal, ya ha quemado hasta 5.000 hectáreas de bosque mediterráneo y pinar, según confirmó anoche el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que incidió en que todo apunta a que ha sido provocado por la mano del hombre y que sólo encuentra un precedente similar en los tremebundos fuegos que asolaron Portugal hace unos años. «Es un incendio inédito en Andalucía y España», resumió.
Mientras Carlos Martínez (44 años) era conmemorado con dolor por sus amigos de la infancia y familia en Las Tres Villas en Almería, sus compañeros lo recordaban con la brigada AE214 de Dalías. Lamentaban su pérdida cercado por el fuego, mientras reconocían que podría haber sido peor, que todo el retén se podría haber quedado en aquella vaguada junto a la carretera de ascenso a Peñas Blancas cuando el fuego cogió aire por un cambio de viento y estalló en lenguas en lenguas que los rodearon. Los seis consiguieron escapar, pero Carlos se quedó a pocos metros de la salvación.
Para los medios terrestres «era un infierno». «Donde te metieras había peligro. No se veían vías de escape», señala Manuel Romero, que pertenece a la brigada de Granada y que estaba a sólo 500 metros de la zona donde el fuego cercó al bombero forestal de Almería y acabó con su vida. Diez horas después, pasa por el puesto de mando, después de una brigada llegada desde Despeñaperros, recoge el avituallamiento y vuelve al monte con sus compañeros para volver a jugarse la vida cara a cara con las llamas.
En esa misma posición estaba Andrés Acosta, quien dice que al enterarse de la muerte del almeriense tuvo «Hay indicios claros». En la Junta de Andalucía no hay duda de que el terrible incendio de Sierra Bermeja, con génesis en dos focos que prendieron a la misma hora en dos puntos distintos de Genalguacil— ha sido provocado por la mano del hombre «Daremos caza a esos asesinos; vamos a ir a por ellos para llevarlos a la Fiscalía y a la cárcel», dijo por la mañana el presidente, Juanma Moreno. Ya por la tarde, y después de visitar el puesto de mando desde donde se coordinan las labores de extinción del fuego, que calificó de «inédito en Andalucía y en España» llegó al tildar de «cabrones» a los causantes del mismo. «Han causado la pérdida de una vida y de algo (la masa forestal) que no vamos a recuperar en muchas décadas». «muy malas sensaciones y más respeto por el incendio». «Había muchas lenguas de fuego. No sabíamos dónde acudir. Aquello se desmadró. Mirabas y sólo veías bosque. Perdías la noción de dónde estabas situado», explica Acosta. «Había fuego por todos lados. Eran focos muy dispersos, como un fuego convertido en multitud de incendios. Un monstruo que devoraba el monte», remarca Ángel Gómez, de la misma brigada de Granada, quien explica que el comportamiento del incendio obligaba a replantear las estrategias constantemente por seguridad de los efectivos.
‘Lluvia de fuego’
De hecho, por esa misma razón, ayer por la tarde, los directores del incendio ordenaron la retirada a la mayoría de los 550 efectivos de tierra desplegados en Sierra Bermeja para controlar el fuego. Se replegaron ellos y los 30 vehículos pesados. La razón fue un peligroso pirocúmulo. Es una forma de propagación de los incendios de sexta generación, que no sólo usan para expandirse la vegetación o la orografía del terreno, sino
que desaserie rrollan fórmulas propias como una de nubes producidas por el intenso calentamiento del aire desde la superficie.
La subida de la temperatura eleva a la masa de aire, que sube hasta que choca con aire frío y se derrumba. Al caer, esa nube de cenizas y polvo se prende con el oxígeno que encuentra y genera una ‘lluvia de fuego’ que crea nuevos focos de expansión. Eso puede convertir la zona en una ratonera, por lo que es mejor retirar a los efectivos hasta el que pirocúmulo desaparezca.
Este tipo de fenómenos genera fuegos como el de Sierra Bermeja. «El incendio tiene un comportamiento agresivo y violento que sobrepasa las labores de contención. En este caso, a eso se añade la temperatura alta, los vientos cambiantes, lo escarpado del terreno y una densa vegetación con baja hidratación», explicó a ABC Ángel Gómez antes de subirse a su vehículo camino de Peñas Blancas. Al cierre de esta edición,