El Eurogrupo abre el debate sobre las reglas de déficit y deuda
Calviño confirma que pedirá a la Comisión 10.000 millones del fondo de recuperación
Los ministros de Economía de la UE han iniciado el curso político en las reuniones del Eurogrupo y el Ecofin de ayer y hoy en Lubliana, donde la presidencia eslovena ha querido que se celebre este primer encuentro informal, en el que los distintos países han empezado a hablar del debate que va a centrar sin duda sus trabajos durante este semestre y los siguientes. ¿Hay que reformar las reglas fiscales del pacto de estabilidad antes de que se levante la suspensión sobre su cumplimiento decretada por la Comisión Europea a causa de la crisis de la pandemia? Como siempre, las opiniones están divididas entre los países llamados frugales que ponen el acento en la sostenibilidad de las finanzas públicas de todos los países, y los que quisieran evitar volver bruscamente a la política de contención del gasto. La ministra española, Nadia Calviño, decididamente alineada con los que piden más flexibilidad, dijo a su llegada que por ahora su principal interés es que la Comisión apruebe una nueva entrega de los fondos de recuperación, diez mil millones más a fondo perdido, para dar un poco de aire a las finanzas del Gobierno, después de haber recibido ya 9.000 millones de adelanto.
«Esperamos que ese desembolso de 10.000 millones se produzca en la segunda parte del año, en lo que queda de año en curso, y en este mes de septiembre o de octubre realizaremos la solicitud», dijo a su llegada a la reunión ayer por la mañana. Para que la Comisión apruebe esos desembolsos, el Gobierno deberá demostrar que ha puesto en marcha los objetivos programados que se ha comprometido a cumplir cuando presentó el plan de recuperación, más concretamente una reforma del sistema de pensiones y otra de la legislación laboral. En ambos campos el Gobierno de Pedro Sánchez se encuentra profundamente dividido entre sus distintos componentes y según el plan, además, esas reformas han de ser pactadas con los agentes sociales, cuando en estos momentos las relaciones entre el Gobierno y los empresarios están bajo mínimos a causa de sus diferencias sobre el aumento del salario mínimo.
En relación al debate sobre las reglas fiscales, Calviño aseguró que «España es un país comprometido con la responsabilidad fiscal», lo que a su juicio no es óbice para sostener al mismo tiempo «la necesidad de revisar y modernizar las reglas fiscales que nos hemos dado» y además, «tenemos que abordar esta reforma antes de que salgamos de esta situación excepcional provocada por la respuesta a la pandemia».
La posición de España la comparten Francia e Italia, pero precisamente coincidiendo con esta reunión, Austria, Dinamarca, Letonia, Eslovaquia, la República Checa, Finlandia, Países Bajos y Suecia han publicado un documento conjunto, en el que dicen que si bien no se niegan a que se revisen las reglas para «simplificarlas y hacerlas más efectivas», esa revisión no puede ir en contra del principio de sostenibilidad de las cuentas públicas. «Reducir los índices de endeudamiento excesivos tiene que seguir siendo un objetivo común», afirma esta carta breve y concisa en el que recuerdan que las reglas europeas «obligan a todos los Estados miembros a evitar y corregir sus respectivos déficits excesivos».
El debate, sin embargo, tiene pocas probabilidades de prosperar bajo presidencia eslovena. Además, el elemento principal va a ser el incierto resultado de las elecciones alemanas del día 25 porque a falta de saber quién va a gobernar en el país más importante de la UE y de la zona euro, parece algo arriesgado. Más teniendo en cuenta que después de Eslovenia la siguiente presidencia rotatoria es la de Francia, que sí tiene un plan preciso para abordar la reforma de las reglas del pacto de estabilidad. Y, por supuesto, también está la Comisión que es la que tendrá que hacer la propuesta concreta pensando en que sea una fórmula que acepten los países.