«El Sevilla es favorito ante el Salzburgo, pero no debe confiarse»
∑El austriaco, exjugador de los dos equipos, departió sobre sus vivencias y analizó el duelo del martes en el Sánchez-Pizjuán en la Champions
nton Polster, el ídolo nervionense de algunos cuarentones, nunca fue uno más. Lo saben en el Sevilla y en el Salzburgo, clubes que se medirán el martes y que tienen para el austriaco un lugar en su mente. O en su corazón, en el caso del cuadro sevillista. «El Sevilla es favorito, ¿verdad? Es uno de los grandes. Y el Salzburgo, sí que es cierto que lo está haciendo muy bien: compran jugadores baratos y luego los venden caros».
—Me suena al Sevilla.
—Sí, sí. Parecido. Es verdad. Pero el Sevilla se ha instalado entre los mejores. El Salzburgo domina en Austria, y lo que quieren es dar un pasito más en Europa.
A—¿Cómo era su Salzburgo?
—Yo estuve sólo medio año. Fue lo último en mi carrera deportiva. Llegamos a la final de la Copa, pero perdimos los penaltis. Empatamos a dos. —¿Marcó algún gol? —No, ninguno
—¿Ni en los penaltis?
—Qué raro.
—Es que me lesioné en el minuto 70 y no pude seguir. Fue ante el Grazer.
—En el Sevilla marcó 56 goles.
—Está bien, está bien. A veces veo algunos por internet.
—Dígame lo primero que se le pase por la cabeza al nombrarle al Sevilla Fútbol Club.
—La gente, la afición. Las cenas con Rafa Paz y Domingo Pérez después de los partidos estaban bien. También me acuerdo de Conte y Carvajal, que llegaron del Betis, y bueno, yo hablaba mucho con ellos. Otra cosa que me llamó la atención fue la lluvia. A mí me habían dicho que me tenía que preparar para el calor, que era imposible respirar, que tenía que adaptarme. Creo que me lo dijo Rosendo, sí (secretario técnico del Sevilla entonces). Pero no sé qué pasó. Cuando llegué y me presentaron no paró de llover. No lo entendía. Al día siguiente, eso sí, y cuando salí del hotel, casi me da algo. ¡Qué calor! El primer día lo pasé un poco mal; luego ya se me hizo normal. Nunca lo dije, pero hubo un momento, ya que me acostumbré tanto, que prefería jugar con mucho calor. Me sentía mejor.
—¿Qué temperatura hay en Viena?
—Sí.
—Está bueno, está bueno. Unos 17 grados. Está el sol. ¿Y en Sevilla? —Ahora ha bajado, pero a los 30 sí hemos llegado. ¿Por qué no viene al partido del martes? Recuerdo que ya estuvo en el Sevilla-Salzburgo de 2008.
—No puedo. Ojalá. Pero es que tengo que entrenar a mi equipo, el Wiener Viktoria. Llevo 10 años. Hace poco estábamos primeros, pero la pasada semana perdimos y hemos descendido a la cuarta posición. Queremos estar con los de arriba.
—¿Cómo es su día a día como entrenador?
—Entrenamos por la tarde, salvo los profesionales, que también se ejercitan alguna mañana.
—¿Cuántos profesionales tiene?
—¿Y los demás?
—Pues trabajan, son estudiantes.
—¿Usted llegó a tener otro trabajo además del fútbol?
—Sí, sí. No era muy buen estudiante y mi padre me dijo que tenía que hacer algo, aprender una profesión. Estuve en una oficina de comercial vendiendo tickets para los trenes y autobuses del gobierno. Fueron tres años, de los 15 a los 18 años. La última vez que fui a trabajar a la oficina fue el día antes de firmar mi contrato profesional con el Austria Viena.
—¿Ha cambiado mucho el fútbol desde entonces?
—Bastante. Ahora es todo más rápido. Nosotros entrenábamos las piernas, pero ahora los jugadores parecen otra cosa. No sé. Empezó Ronaldo, y ahora hay un montón de jugadores muy fuertes. Físicamente creo que están mejor preparados. Es como que no se cansan nunca de mejorar la condición física.
—¿Cuánto valdría Polster hoy?
—No sé, no sé. Es complicado para mí.
—Ahora el goleador es En-Nesyri.
—Muy buen futbolista. Lo sigo, claro.
// FOTOS: P. A.
—A ver si le marca al Salzburgo. —Veré el partido. Creo que será interesante. El Sevilla es mejor, por supuesto, pero el Salzburgo ya le ganó al Barcelona y al Atlético de Madrid en pretemporada. Es cierto que no eran encuentros oficiales, pero vencerle a